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La celebración del segundo gol malaguista, con una piña en el área técnica, a donde fue Larrubia a dedicar su gol a Julio Rodríguez, preparador físico. ÑITO SALAS

El Málaga se redime a costa del Antequera (3-0)

En un derbi de guante blanco, muy lejano a la exigencia que habrá en los 'play-off', volvieron los goles y un triunfo holgado de los blanquiazules, que no dependen de sí mismos en la jornada final para ser terceros

Sábado, 18 de mayo 2024

El Málaga se redimió. Acabó celebrando su victoria holgada (3.0) ante la Grada de Animación, quizás en una escenificación excesiva ante los pobres partidos recientes (un triunfo en ocho jornadas), pero la afición quiere animarse, el equipo también y fueron esta vez a una. ... Volvieron los goles y dosis de ánimo ante las finales que se avecinan en junio, partidos a cara de perro, nada que ver con el derbi de guante blanco de este sábado, hasta que lo calentó Kevin en el minuto 88. Queda una jornada y el Málaga cumplió con tres goles, pero no con reconquistar la tercera plaza, para lo que no depende ya de sí mismo en la jornada final, a un punto del Ibiza (que jugará en Huelva ante un 'Recre' sin nadaen juego) y visitando al Castilla.

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Málaga, 3; Antequera, 0

  • Málaga: Alfonso Herrero; Puga, Nelson, Juande, Víctor García; Manu Molina, Genaro (Juanpe, minuto 77), Larrubia (Avilés, minuto 83), Dani Lorenzo (Sangalli, minuto 71), Ferreiro (Kevin, minuto 71), y Roberto (Dioni, minuto 77).

  • Antequera: Iván Moreno; David Rodríguez, Fomeyem, Humanes, Fermín (Jeremy, minuto 77); Aitor (César Sousa, minuto 77), Txus Alba (Pol Prats, minuto 46), Chema Núñez; Ale García (Destiny, minuto 46), Luismi Redondo y Luismi Gutiérrez (Topo, minuto 86).

  • Goles: 1-0, minuto 34: Roberto resuelve con calidad sobre la salida de Iván Moreno tras un estupendo pase en profundidad de Ferreiro. 2-0, minuto 38: Larrubia entra solo por la frontal del área asistido por Manu Molina en un desajuste defensivo grave del Antequera, y resuelve tranquilo en la definición. 3-0, minuto 73: Sangalli, define en el área tras una internada de Larrubia desde la derecha.

  • Árbitro: Muñoz Piedra (Jaén). Amonestó a Luismi Redondo, Chema Núñez, Destiny, y roja directa a Pol Prats (minuto92) por agresión a Kevin.

  • Campo: Estadio La Rosaleda. 20.050 espectadores. Salieron al campo en los prolegómenos todos los equipos de la cantera del club.

'Una cosa inexplicable'. No pudo ser más premonitoria la canción de El Kanka por el 120 aniversario del fútbol en la ciudad, esa buena pieza artística recibida entre la más profunda indiferencia de la afición la primera vez que sonó en el estadio, instantes antes del partido. Una cosa inexplicable es que el Málaga se fuera 2-0 al descanso tras una primera media hora muy discreta en la que mantuvo todas las carencias que venían inquietando en las últimas semanas. Pellicer apostó esta vez por Puga y Larrubia en la formación, de vuelta a la defensa de cuatro, pero el ritmo de juego era desesperadamente cansino y sin '¡uys!', sin ocasiones, y así no se despierta a la caldera de La Rosaleda, con tímidos pitos para mostrar su desaprobación. Pero goles son amores. El Málaga los tuvo esta vez y gracias a la varita mágica de un futbolista cuya condición de titular jamás debería estar en duda (y la estuvo) en este equipo en este momento. Hablamos de Ferreiro. A sus 36 años, ya peinando canas, apostó por su salida del profesional y es el factor diferencial en un Málaga muy cortito de fantasía, de detalles que marquen un partido. Como el suyo tocando de primeras para asistir a Roberto, que resolvió con mucha tranquilidad ante Iván Moreno, en la jugada del 1-0.

Era el minuto 34, y poco después Larrubia logró el 2-0, el primero de su carrera en La Rosaleda entrando solo por la zona central, asistido por Manu Molina, en un gravísimo desajuste defensivo del cuadro visitante y dejaba ya casi sentenciado el choque en cuatro minutos de inspiración. Le pesaron al rival sus pérdidas sacando el balón jugado, sorprendido en transiciones, y se acabó la miga del partido.

Casi tres décadas después ambos equipos se veían las caras en partido oficial en Martiricos, y la afición antequerana acudía henchida de orgullo, luciendo sus camisetas, al feudo de Martiricos, en una ocasión de las que se van a dar pocas veces. Historia del balompié provincial. Pero no fue un derbi que permitiera al cuadro entrenado por Javier Medina presumir de la identidad y personalidad mostrada todo el curso, con mucha posesión de balón y atrevimiento en ataque. Ni se acercó a los dominios de Alfonso Herrero en todo el primer tiempo (sólo lo intentó 'a lo Pelé' desde el centro del campo Luismi Redondo, sin tino). El Málaga, que veía cómo el Ibiza y el Ceuta ganaban en las otras citas al comienzo, le dio la vuelta al calcetín con su pegada, al tiempo que al Ibiza le expulsaban un jugador y encajaba el empate.

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A la mejor defensa del grupo era difícil que se le escapara una renta de dos goles en la segunda mitad, máxime ante un Antequera un tanto timorato, que formó ya en esos últimos 45 minutos con un delantero de referencia, Destiny, y con la novedad de Pol Prats, con lo que se retrasó Luismi Redondo como interior en el 4-3-3 habitual verdiblanco. Fue el de Plasencia el que dispuso de la mejor oportunidad de los suyos a la hora de encuentro, tras un despeje mal orientado de Genaro, con paradón de Alfonso Herrero, siempre atento hasta en los partidos más inactivos,

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El Málaga la tuvo también en un remate al palo de un Larrubia desmelanado, en una versión desconocida esta temporada y que deberá refrendar también en citas más comprometidas. El 'diez' malaguista, quizás en el primer partido que se hizo merecedor de uno de los dorsales más preciados, se salió. Ya estaba trabajando muy bien sin balón, pero tras su gol se hizo con la confianza necesaria y aportó desequilibrio. Al fin, pases y goles, como la asistencia para el 3-0 a un Sangalli recién entrado al campo, otro jugador al que el Málaga viene echando en falta todo el curso, entre problemas físicos y falta de continuidad.

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Bienvenido sea este 3-0, no deseado por parte del Antequera, el vecino de la provincia, si sirve para que ciertos futbolistas recuperen crédito y lleguen a su mejor tono a la fase decisiva de junio. El lunar lo puso Kevin, un jugador que sigue sin la madurez que requiere una carrera profesional. Con 3-0 ante el vecino de la localidad más pequeña simuló una caída (ni le soplaron) en una acción de ataque que encrespó los ánimos del cuadro visitante. En un choque, sin tarjetas, todo se calentó. Enseguida hubo tres amarillas del rival, una bicicleta del extremo que enfadó más si cabe al contrincante y una expulsión merecida de Pol Prats, que se tomó la justicia por su mano en una agresión al canterano malaguista.

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