El Málaga, ante el reto de mejorar los registros con dos partidos a la semana

Por eso los malaguistas ya son unos expertos del reglamento sobre los cupos y posibilidades de confiar en los canteranos para jugar, aunque tampoco deja de crear controversias. La norma lo único que señala es que siempre tiene que haber siete profesionales sobre el terreno de juego y no más de seis no profesiones en la convocatoria.

La cuestión es que es un problema antiguo que durante toda la temporada ha hecho mella, de forma ineludible, en cuanto a los resultados. Y aunque se espera y confía en que junto a las modificaciones extraordinarias sobre los cambios y el número de jugadores en el banquillo, los planes se siguen haciendo pensando en el peor escenario. Y los precedentes en estas condiciones suponen un reto mayúsculo: revertir los efectos negativos de jugar con menos recursos y tener menos margen para hacer rotaciones en un momento donde la densidad de partidos será inédita en un torneo regular y los preparadores físicos y fisioterapeutas coinciden por unanimidad en que aumenta el riesgo de lesiones.

Las estadísticas, que, como les gusta afrontar a los profesionales, están para romperlas, son poco propicias sobre el plan previsto de dos partidos por semana, donde habrá entre tres o cuatro días de descanso. O ni eso, porque en la primera jornada el Málaga tendrá que jugar el viernes 12 a las 19.30 horas contra el Huesca en La Rosaleda y el siguiente lunes 15, a las 21.30 contra el Tenerife, previo vuelo a la isla.

En este sentido, el trabajo de entrenamientos cambiará radicalmente y se parecerá más al que en muchas ocasiones se ha visto realizar al Unicaja, por usar un ejemplo de proximidad, cuando ha tenido una frecuencia parecida o más exigente de partidos. Con los planes de descanso muy marcados y sesiones cortas, sin demasiada carga física y más trabajo de prevención y recuperación. Por lo que es evidente que el pánico a las lesiones es mayor aún en el Málaga, donde ya cuentan con cinco bajas por el momento según el último parte médico.

Y es que de vuelta a los números, estos revelan que el Málaga nunca ha logrado los tres puntos de una tacada cuando tuvo menos de cuatro días para descansar antes de un partido durante esta temporada. Tanto en la época más aciaga de Víctor Sánchez del Amo como en la de los brotes verdes de Pellicer. Echando la vista atrás, estos son los precedentes: al principio de todo, en el primer ciclo de partidos continuados tras la pretemporada, los 14, 17 y 21 de septiembre se saldaron con una derrota y dos empates (Mirandés 1-1, Rayo 1-1 y Albacete 1-0, respectivamente).

El 29 de septiembre, 3 y 6 de octubre, con un empate y dos derrotas: (Sporting 0-0, Zaragoza 2-2 y Huesca 2-0). En noviembre, con un partido el 24 y el otro el 29, los resultados fueron 3-3 contra el Elche 3-3 y 0-0 ante el Numancia. En diciembre: los días 15, 17 y 21 con Extremadura 0-0, Escobedo 2-0 (en Copa del Rey) y Lugo 1-1. La única referencia positiva fue en enero: tras jugar 14 y 17, sumaron una victoria 1-0 a Ponferradina (aunque antes de este partido tuvieron más de cuatro días para prepararlo) y 0-0 en Fuenlabrada. A pesar de todos estos condicionantes, en el seno del vestuario el mensaje es claro: no caben las excusas. «Lo tenemos que afrontar con humildad y valentía», dijo recientemente el técnico malaguista, Pellicer.