Un examen tras otro. Los partidos del Málaga esta temporada se presentan cada semana como una reválida, una confirmación permanente de su trabajo. Las dificultades ... y el nivel de la categoría han elevado la exigencia al equipo blanquiazul, que afronta este sábado en el Cádiz (a partir de las 18.30 horas) una nueva prueba de fuego ante un rival recién descendido y que no acaba de arrancar en una Segunda plagada de clubes históricos que pretenden volver a la élite lo antes posible.
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El traspié ante el Elche lo solventó el Málaga con un empate en Riazor tras un partido muy completo de los hombres de Sergio Pellicer. Ahora llega un segundo envite también domicilio en el que el objetivo es el mismo: mantener esas excelentes sensaciones del anterior compromiso y buscar a toda costa un triunfo que le permita situarse de una forma sólida en la zona media.
Pero en este caso afronta el choque con tres bajas destacadas en su once habitual, jugadores que estaban siendo fijos e importantes para el equipo. Son los casos de los dos juveniles que se han hecho con una plaza en el once, Antoñito Cordero y Aarón Ochoa (con sus selecciones), a los que hay que añadir la baja de última hora por problemas físicos de Luismi, el pivote' que había encontrado finalmente su sitio (es el único jugador específico para esta posición del primero conjunto blanquiazul).
Pellicer deberá buscarle sustitutos a estos hombres. El recambio de Antoñito puede ser directamente Kevin, mientras que el relevo de Ochoa está algo más abierto, con varias posibilidades. Aunque el caso más complejo se centra en la baja de Luismi. Al tratarse de un partido a domicilio, el Málaga necesita un centro del campo fuerte, lo que seguramente hará que el técnico se incline por el tercer canterano que apunta directamente a una plaza en el once, Izan Merino. Y pudo desarrollar una primera fase de aprendizaje en Riazor, donde disputó la segunda parte a un gran nivel, lo que le abre la puerta a la titularidad.
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En cualquier caso, la clave del partido, una semana más, seguirá estando en el nivel que pueda ofrecer el bloque en su conjunto, del ritmo de juego que sea capaz de imprimir y, claro está, también de la inspiración individual de algunas de sus jugadores. Pero Pellicer no quiere centrarse en las ausencias, sino que cree que la plantilla tiene un nivel parecido y que los jugadores que tengan en esta ocasión la oportunidad de participar desde el comienzo tendrán también una buena actuación.
De esta forma, el ahora llamado Nuevo Mirandilla será testigo de un partido histórico entre dos equipos que se cruzaron algunas veces con mucho en juego. En esta ocasión pelean por tres importantes puntos en un comienzo del campeonato muy apretado en la zona media de la tabla. El Cádiz está algo más relegado, pero la diferencia es de sólo dos puntos, algo que se puede neutralizar en un sólo partido en el caso de que los locales sean capaces de doblegar al Málaga. Por contra, una victoria visitante supondría a los hombres de Pellicer un salto muy destacado en la tabla.
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El partido, al que acudirán alrededor de medio millar de malaguistas, se prevé interesante o bonito, como dijo Pellicer. La trascendencia de los puntos, pese a que se trata de la novena jornada, es máxima, pues cualquier descuido se paga caro en una categoría tan sumamente igualada.
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