El Málaga añora las bajas importantes

El Málaga se marchó de Albacete con la sensación de haber podido conseguir mucho más que un empate. Habría sido otro partido si Caye Quintana, que venía de no jugar y estaba ante la ocasión de reivindicarse, hubiera sido más incisivo y claro en sus ocaciones. O si Joaquín también hubiera encontrado la forma de culminar sus inalcanzables regates para los rivales en disparos a portería o pases de gol.

En algunas de esas acciones, que fueron numerosas sobre todo en la recta final del partido, se echó de menos el colmillo y la clarividencia de Rahmani o Chavarría, que no pudieron estar ante el Albacete por sanción y lesión, respectivamente. Dos bajas muy importantes para el Málaga, ya que se habían convertido en los principales argumentos ofensivos del conjunto blanquiazul.

Esto no invalida las buenas actuaciones de Jairo, Caye, Joaquín e incluso Orlando Sá, pero sí quedó patente que la falta de rodaje de algunos de estos fue un hándicap a la hora de aprovechar las concesiones del conjunto manchego. Como excepción, el gol de Jairo, que se hizo con un balón perdido por la defensa rival en la frontal y logró definir el mano a mano contra el portero.

Un tanto muy importante para el extremo cántabro, que hasta el momento no había dejado buenas actuaciones. Además del gol, Jairo demostró su velocidad llegando hasta la misma línea de fondo para poner algunos centros que no llegaron a conectar bien con los compañeros. En resumen, minutos muy aprovechados por el 10, que tuvo la alternativa gracias, precisamente, a la baja de Rahmani.

Jairo fue una de las noticias positivas, aunque no arrancó bien el partido, por ofrecer un crecimiento comparado con sus últimos partidos. No tanto Caye, que estuvo un tanto solo en la punta de ataque y pecó de ser individualista en alguna acción. No escondió su continua movilidad y regate, pero se mostró blando a la hora de rematar.

Volvió a dar un recital de regates y amagos el malagueño Joaquín, que dejó algunas acciones maradonianas, aunque no supo manejar la frustración y no sacó el máximo a su facilidad para driblar. Parte de esta impotencia la pagó con el árbitro, a quien protestó de forma reiterada un penalti que no fue revisado por el VAR. Por esto, Joaquín se llevó una amarilla totalmente innecesaria.

Pero, en conclusión, volvió a demostrar que si está al cien por cien es titularísimo en este equipo. Gracias a él se vieron algunas de las jugadas marca de la casa, esas de juego directo y pases al espacio, muy verticales, que marca el 'estilo Pellicer'. Pero no fueron tantas de estas como cuando se encuentra Chavarría en el campo, capaz de generar más espacios y arrastrar a los defensas.

Sí volvieron a destacar en este sentido perfiles como Luis Muñoz y Ramón. Este último volvió a hacer un gran encuentro, dirigiendo el juego del equipo en muchas fases. El objetivo ahora es conseguir que la 'segunda unidad' de jugadores pueda coger confianza y claridad en ataque, porque, como suele decir Pellicer, en esta plantilla «nadie debe ser imprescindible».