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Todas las buenas intenciones se evaporaron en apenas un minuto. Casi en la primera acción la pretendida concentración que debía ofrecer el Málaga para salir indemne de la visita del mejor equipo de la categoría no existió y la defensa quedó al desnudo. Esa ... fue la dinámica del partido para el equipo blanquiazul, que suspendió en la asignatura más importante de la noche tanto en acciones de juego como en la estrategia con una zaga que hizo aguas.
Aunque es sobradamente conocido el enorme potencial de los atacantes del Espanyol, con mención especial para De Tomás y Embarba (una pareja que sería solvente en varios equipos de Primera), el Málaga naufragó en defensa casi desde el pitido inicial. Porque en la primera oportunidad del conjunto visitante Escassi rompió el fuera de juego y Matos hizo aguas en la internada por su banda. El 'carrilero' izquierdo pasó un auténtico calvario en la primera parte y su flojo nivel defensivo provocó que en el descanso Pellicer moviera ficha e introdujera a Cristo en su posición. Tampoco el sevillano se prodigó en ataque, probablemente por el temor a quedar en evidencia.
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No fue un partido cómodo para la defensa, pero en este caso no se produjo por falta de contención del equipo. Es cierto que se produjeron pases interiores que no encontraron la debida respuesta de Luis Muñoz y Ramón, aunque las claras oportunidades españolistas tuvieron su origen en errores clamorosos de los defensas. Porque además la decisión de Pellicer incluir juntos a Lombán y Escassi (el primero ocupó la plaza de Mejías jugó en centro de la zaga con el malagueño escorado a la izquierda) fue a todas luces fallido. En cuanto uno u otro se vieron fuera de su zona, aunque fuera poco, pasaron por muchas dificultades.
Aunque Matos fue el señalado al descanso por su tremenda debilidad frente a Embarba –a medida que pasan las semanas, el nivel defensivo del sevillano va bajando–, los dos primeros goles tuvieron como denominador común la extraña falta de contundencia de Lombán. Si en el 0-1 (en el minuto 7) el central 'se comió' el envío en largo cuando salió de su zona, en el 0-2 (en el 6 de la reanudación) un simple toque en el salto le hizo calcar el movimiento fallido. Aunque también es cierto que el Málaga pudo dar gracias al irse el descanso sólo con un gol en contra porque Dani Barrio impidió el 0-2 en un remate completamente solo de Melendo en la enésima aparición de Embarba en el flanco izquierdo de la cobertura blanquiazul.
Y aunque Lombán se vio lastrado por los dos goles, tampoco acompañaron ni Escassi ni Juande. Este último tampoco estuvo contundente en el tercer gol, apenas cinco minutos después del 0-2, en una acción en la que el recién entrado Cristo tampoco acertó a cortar la pelota en el centro de De Tomás (que, por cierto, no había tapado Lombán).
En cualquier caso, la preocupación de Pellicer no debe centrarse únicamente en las situaciones de juego, porque a balón parado el Málaga tampoco estuvo fino. Después de las quejas del técnico castellonense tras el desastre en Mallorca (primero en público, en la sala de prensa en Son Moix, y después en privado, con el grupo), una falta lateral de Embarba fue rematada a placer por David López después de que Escassi y Juande perdieran la marca.
En ataque apenas hubo noticias del Málaga. Como es habitual. Pero esa es una carencia más que evidente, lo que eleva la importancia de que el equipo sea seguro si no quiere pasar apuros para obtener la permanencia. Los dos últimos partidos han dejado al descubierto demasiadas debilidades. Por mucho que enfrente estuvieran los dos principales candidatos al ascenso...
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