La afición del Málaga protagonizó un momento de locura en la previa del encuentro frente al Burgos. Miles de seguidores se reunieron en la avenida de La Palmilla, bajo la tribuna de La Rosaleda, para animar a los jugadores del equipo en su llegada al ... estadio en autobús. Desde antes de las 18.00 horas se fueron agolpando aficionados en una recta que poco después se convirtió en un manto blanquiazul.
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Cánticos, banderas al aire, saltos, gritos, megáfonos, bengalas blanquiazules y verde y morada. La fiesta fue total entre los que acudieron para apoyar al plantel de Guede en su lucha por la permanencia. El entusiasmo fue creciendo por momentos y recordó a las mejores citas antes de la llegada de la pandemia. Nunca se ha vivido un ambiente así esta temporada.
Tras los cristales tintados del autobús se podía ver a los futbolists y el cuerpo técnico alucinando con el recibimiento. Miembros del club inmortalizaban también el momento desde la estructura malaguista aún vacía, a la espera de llenarse. En la puerta de la entrada al palco, el administrador judicial, José María Muñoz, también observaba a pie de calle.
Un momento para el orgullo malaguista y en el que muchos aficionados aprovecharon para pedir su máximo esfuerzo para celebrar una nueva victoria en casa después de seis meses.
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