Adrián, tres semanas para convencer... pero sin competir

El futuro de Adrián sigue en el aire, igual que sucede con Chavarría. Se antoja extraño que a la hora de la verdad, cuando acabe el mercado veraniego, ambos vayan a tener plaza en la plantilla. Como ya se ha informado, el club continúa a la búsqueda de un futbolista de ataque que acompañe a Fran Sol, Rubén Castro e incluso Álex Gallar, más la opción de Loren (siempre que a última hora no se acepte una propuesta por este último). En este caso, al contrario que en temporadas anteriores, no se trata de problemas con el cupo de jugadores, sino de evitar una afluencia masiva de efectivos en la parcela ofensiva. Eso sí, es obligado destacar que el técnico blanquiazul, Pablo Guede, se inclina más por sistemas con dos puntas (3-4-1-2 o 4-4-2 en rombo).

El futuro de Adrián como malaguista, para bien o para mal, va a estar condicionado por su situación física. No existe la menor duda sobre su calidad y tampoco es un secreto que siempre ha sido un futbolista muy del gusto de Antonio Tapia, ahora miembro con cierto peso dentro del cuerpo técnico de Guede. El asturiano ofreció un rendimiento excelente como blanquiazul bajo la batuta del fuengiroleño en la temporada 2008-2009 y probablemente su lesión fue el comienzo del declive de un equipo que incluso soñaba, contra todo pronóstico, con clasificarse para competición europea. Doce años después se encontraba en el paro, ya residiendo en Málaga junto a su pareja y meditando la retirada –disputando partidillos con distintos grupos de amigos–, cuando surgió la posibilidad de que se incorporara a la plantilla ante la escasez de jugadores de ataque (con Chavarría y Sekou reducidos a la mínima expresión).

Tanto Adrián como los responsables del Málaga (encabezados por Manolo Gaspar y Guede) eran conscientes de que la presencia definitiva del asturiano en la plantilla estaba sujeta a que superara la dura preparación de la pretemporada. El futbolista ha puesto todo de su parte y ha debido superar algún contratiempo físico durante el último mes, pero por encima de todo existe sintonía entre ambas partes y absoluta sinceridad para adoptar la decisión adecuada dentro de tres semanas.

Porque, si nada varía el guion, será a final de mes cuando los técnicos se reúnan con Adrián para exponerle su continuidad o su descarte definitivo. Al futbolista le sobra motivación, pero otra cuestión es que la larga inactividad le pasó factura cuando se incorporó la pasada campaña y también le ha impedido ahora pasar de 66 minutos disputados durante la pretemporada (cuatro menos incluso que el descartado Chavarría). De ellos, más de dos tercios corresponden al amistoso del pasado viernes, frente Al Nassr de Arabia Saudí, cuando figuró en el once titular y fue sustituido al descanso por el canterano Haitam.

En ese amistoso en el Marbella Football Center Adrián volvió a acusar cierta falta de ritmo, una carencia difícil de subsanar si el asturiano debe limitarse durante estas tres semanas a ejercitarse con la plantilla y sin competir, por mucho que el nivel de los entrenamientos sea muy exigente en el plano físico. En cualquier caso, sí algo destacan los técnicos es la implicación de Adrián y su afán por superar cualquier obstáculo para quedarse en la plantilla. Porque en lo que respecta a calidad, a movimientos sin balón y a uno contra uno (menos en la faceta goleadora) no admite discusión que le sobran estas virtudes para aportar al Málaga en la Liga e incluso para ser una pieza importante en Segunda División.