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El Málaga recibe este sábado al Lugo, un clásico ya de la Segunda División. A pesar de su reducida estructura y afición, el conjunto gallego suma diez temporadas seguidas en la categoría. Ha vivido múltiples situaciones, pero sobre todo salvaciones agónicas, aunque siempre dulces, con ... final feliz. En la vigente campaña, el equipo rojiblanco tuvo un inicio dubitativo y no venció hasta la quinta jornada, pero desde ese momento ha conseguido mantener una buena línea y ha cogido velocidad de crucero.
Con un juego fresco y muy claro doblegó a Las Palmas, un rival que venía siendo de los mejores de la competición. El Lugo ganó con holgura (2-0) a los canarios y ya suma cinco jornadas sin perder y puntuando siete de los nueve posibles. La clave de su éxito está siendo la impecable organización defensiva, la cual le permite ganar confianza y entregarse sin tapujos en ataque. No tiene problemas en darle la posesión del balón al rival porque es su forma favorita de controlar los partidos. Espera, agazapado y con las líneas muy juntas, un despiste del contrario para doblegarle al contragolpe.
Además, una vez atravesada la línea de tres cuartos, son especialistas en acciones a balón parado (buscan constantemente provocar faltas laterales). En definitiva, cierran casi todas las vías de ruptura y obligan a los equipo que se ponen enfrente a tocar la pelota sin mayor peligro con muchos pases al pie y sin demasiada movilidad. Todo estos conceptos están muy claros en el vestuario del Lugo, y eso les genera mayor satisfacción aún. El entrendor del Lugo, Rubén Albés, definió ayer la situación de su equipo como un «clima de felicidad» y en la previa del encuentro contra el Málaga explicó su idea de juego.
«Estamos jugando con muchísimos futbolistas de perfil ofensivo. Yo soy de los partidarios de que, cuanto más talento ofensivo tengo en el campo, mejor y, después, que trabajen como auténticos romanos. Así hay muchas más posibilidades de que pasen cosas determinantes cerca de la portería contraria», expuso. Así su equipo ha conseguido goles en todos los partidos de la temporada a excepción de sólo dos jornadas. Y ha logrado victorias de mucho valor ante plantillas mejores sobre el papel como el Huesca y Girona.
Su único punto negativo es que cuentan con la baja por lesión de su delantero Manu Barreiro, uno de los máximos anotadores con tres tantos en lo que va de campaña. Aunque el resto del equipo se encuenta bien y el sustituo de Barreiro, Joselu, está con confianza tras cumplir su cometido en el partido del pasado miércoles contra Las Palmas cuando tuvo que afrontar la sustitución de un perfil tan determinante como Barreiro. Entre otros jugadores a seguir, uno de los nombres más destacados del Lugo es Gerard Valentín.
El catalán de 28 años ha afrontado esta cuarta temporada en el Lugo como la de su consagración y para conseguir méritos que le hagan dar un paso más en su carrera. Siempre se ha destacado por ser un carrilero muy veloz y desequilibrante, con llegada a portería pero también con capacidad para ejercer de lateral. En estos momentos está volcado en liderar la estrategia del contragolpe en el Lugo. Y si miramos al banquillo encontramos a Rubén Albés.
Vigués de 36 años, es un desconocido para el gran público, pero está siendo capaz de hacerse un hueco en el Lugo, un equipo que se ha ganado la fama de ser un banquillo caliente en el que el trasiego de técnicos es continuo (ha tenido hasta diez diferentes en tres temporadas). La apuesta por Albés fue arriesgada a finales del curso anterior porque nunca había dirigido en la categoría (su experiencia se ha labrado en el Wydad de Casablanca, Real Valladolid B, Celta de Vigo B, UCAM Murcia, o Hermannstadt).
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Borja Gutiérrez
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Pero consiguió salvar al equipo a falta de siete jornadas para el final la campaña anterior y ha logrado dotar de un espíritu propio al vestuario aprovechando los perfiles de sus jugadores. Transmite ideas renovadas y originales, y ha conseguido conectar con el club, que busca llamar al público joven para hacer parroquia en su estadio. Su edad, que le hace ser más joven que algunos de los jugadores (Seoane tiene 38 y Pita 37), no ha sido un problema para adaptarse al cargo y está aprovechando esta gran oportunidad para él. Tiene muy buenos registros: sólo ha perdido 4 partidos de los 18 que lleva en el club.
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