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El Málaga-Albacete de este domingo, un duelo de alta tensión por estar en juego la permanencia, traerá de vuelta a La Rosaleda al técnico Lucas Alcaraz y al atacante Álvaro Jiménez. Dos fichajes frustrados en el convulso Málaga de los albores de la temporada 18-19, tras el descenso de Primera. En el caso del entrenador granadino el Málaga tuvo hasta que indemnizarle por romper un acuerdo ya firmado.
Y es que son dos anécdotas más de la constante surrealista que vivió, y parece que va para largo, el club blanquiazul. Con el descenso ya consumado, el por aquel entonces director deportivo, Mario Husillos, cerró el fichaje de Lucas Alcaraz para encabezar el proyecto de vuelta a Segunda. Con todo firmado tras recibir la aprobación inicial del propio jeque Al-Thani, este último fue luego el encargado de romper con todo poco después.
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Eso provocó la salida de Mario Husillos y mientras en el Málaga tuvieron que hacer frente a un cargo económico para resolver el asunto, ya que el Málaga fue claramente la parte que rompió el acuerdo rubricado. Todo un espejismo con consecuencias para la tesorería. Al final Lucas Alcaraz no entrenó al Málaga y casi se queda sin entrenar una temporada por primera vez en toda su carrera desde que debutó en Segunda con el Recreativo en el año 2000 (desde ese momento ha encontrado trabajo cada año). Al final se hizo cargo del Zaragoza ese año, aunque sólo estuvo allí ocho partidos: de la jornada 11 a la 18.
Y esta temporada Lucas Alcaraz volvió como técnico sustituto al Albacete. Se incorporó como reemplazo de Ramis a principios de febrero con el equipo manchego en la zona de descenso tras una temporada anterior donde fueron la revelación quedando cuartos y jugando las semifinales de la fase de ascenso a Primera. El efecto Alcaraz ha dado más solidez al equipo aunque sigue siendo el peor realizador del torneo con sólo 30 goles a favor, lo que le tiene marcando ahora mismo la salvación con un punto menos que el Málaga (18º con 44 puntos).
En este Albacete se encuentra también el atacante cordobés Álvaro Jiménez, que juega en calidad de cedido por el Getafe. Esa era la misma fórmula que pretendió en su día el Málaga con Caminero como director deportivo. Iba a ser una de las guindas del proyecto pero los problemas con el tope salarial (que luego ha terminado por condenar al equipo un año después con una sanción que le obliga a fichar jugadores libres o cedidos por el salario mínimo).
Álvaro llegó en su coche a La Rosaleda y con las botas debajo del brazo para entrenar, pero con el acuerdo cerrado el Málaga tuvo que frenar la operación porque LaLiga no se lo permitía. En ese momento aún no estaban inscritos en competición ni Dani Pacheco, que llegó junto a N'Diaye como los grandes fichajes del verano, ni Koné. Así que con el conveniente cabreo del jugador y su representante, Álvaro tuvo que coger de nuevo su coche para cruzar España camino a Gijón, donde jugó la temporada pasada con el Sporting. Este año no es titular en el Albacete, pero si habitual en las rotaciones. Ha jugado 21 partidos, 14 como titular, y ha marcado dos goles.
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