Un equipo juvenil de altos vuelos

Y todo esto en un momento de máxima austeridad en el Málaga, aunque desde las oficinas de Martiricos han entendido que era crucial priorizar sus esfuerzos económicos en retener también a su talento más incipiente, que a fin de cuentas es el mayor patrimonio al que puede aspirar en estos momentos la entidad. De ahí que gran parte de las estrellas de este juvenil, que han brillado de la mano del exjugador y ahora técnico Nacho Pérez estén ya blindadas a corto y medio plazo.

Nombres como Larrubia, Haitam, Loren Zúñiga, Andrés Caro y Roberto Fernández son los más conocidos de esta plantilla por su presencia habitual también en el primer equipo (ayer, además, subió por primera vez al entrenamiento Ibrahima Toure). Pero no sólo se han quedado en compartir jornadas de trabajo con los mayores, también se han ganado, en la mayoría de los casos, el derecho a debutar con apenas 18 años (estos chicos nacieron en los años 2002, 2003 e incluso 2004, como Andrés Caro). Un hito del que no se recuerdan precedentes por las numerosas aportaciones desde el juvenil a los dos equipos que tiene por encima, que por otra parte es su «misión principal», como recordó un orgulloso Nacho Pérez.

No es habitual que en un partido como el que se vio el pasado miércoles entre los juveniles de Málaga y Betis, uno de los dos equipos tenga en su once titular un total de hasta seis jugadores que ya se han entrenado junto al primer equipo. Y menos aún que tres de estos hayan jugado ya en la élite (son Larrubia, Haitam y Loren). Esto le convierte en un equipo de altos vueltos y en el que hay depositadas muchas esperanzas para los próximos años en el conjunto blanquiazul, que a pesar de sus problemas para retener talentos y convencer a otros de que se unan a su proyecto, se esmera en demostrar que su filosofía de ofrecer oportunidades a los canteranos no sólo son palabras, sino que se convierte en hechos.

«Si lo hacen bien, ¿por qué no adelantar su etapa de formación? No se nos caen los anillos porque sean jóvenes y tengan que subir de categoría. Están evolucionando rápido y bien. Hay que también tener paciencia con ellos, son jóvenes y no hay que tener prisa. Si los cuidamos los vamos a tener para rato. No miramos la edad que tienen», declaró el técnico malaguista, Nacho Pérez, tras la consecución del título de Liga anteayer, donde su pareja de goleadores, Loren y Roberto, alcanzó la friolera de 43 tantos.

Y podrán seguir anotando más porque, aunque la temporada en el primer equipo acaba este próximo domingo, tanto este juvenil como el filial siguen con competiciones abiertas. Por su parte, el filial visita al Torredonjimeno (domingo 19.30 horas) en las semifinales de ascenso a Segunda RFEF. Y el juvenil tendrá la última jornada del torneo regular, aunque está aún está pendiente de nuevas fechas tras aplazarse los encuentros que como el suyo, donde se mide al Sevilla, está en juego aún la clasificación para la Copa de Campeones por parte del mejor segundo de todos los grupos de Juvenil División de Honor.

Esta competición aún no tiene fecha fijada, pero amenaza con cortar las vacaciones de algunos juveniles que tendrían ya billete para la próxima pretemporada del primer equipo. Sin duda, con su dinámica esta temporada, el Málaga levantará mucha expectación en un torneo donde se ven a los futbolistas del futuro y que ha ganado en dos ocasiones en su historia: en Cambrils en 2003 y en Vera en 2016, precisamente con Pellicer en el banquillo. Esto demuestra también que la canterano no sólo nutre de jugadores, también de entrenadores, y el trabajo que desarrolla Nacho Pérez está siendo también muy valorado. Aún tiene que renovar, pero hay quien le ve como candidato al primer equipo a corto o medio plazo.