La afición, enamorada de la nueva camiseta del Málaga: «Lo de Tívoli es un tiro directo a la nostalgia»

Las opiniones han sido todas positivas. Con una camiseta en la mano, Cristian Cebreros explicó el porqué de su 'flechazo' con este nuevo diseño: «A mí me gusta más que las actuales. Me gusta el rollo vintage y soy del Málaga, y si sacan una antigua siempre voy a estar aquí para comprarla. Lo del Tívoli es un punto. Un acierto. Los colores son muy bonitos, la tela es cómoda y no pica. El celeste nos distingue del resto de equipos, porque azules hay muchos, pero celestes hay menos. El Málaga la gente lo vive mucho. En Tercera o esté dónde esté. Y eso es un orgullo. El Málaga va a hacer dinero con la camiseta si saben estirar el chicle».

Su amigo, José Antonio Gutiérrez, opinó en la misma línea: «Yo opino igual. Y creo que la publicidad del Tívoli es un tiro directo a la nostalgia. Se han lucido. Y el bordado del escudo, refiriéndose al del CD Málaga, y las flechitas de Hummel… Me encanta. 2.000 camisetas son pocas para los 20.000 abonados que somos. Deberían sacar más porque con este dinero fichamos a Mbappé», bromeó.

Paloma Romero acudió a la tienda para comprar varias unidades, para su padre y para su hermano. «A mi padre le encanta el Málaga, y la camiseta es muy bonita. Está muy bien que después de 120 años hagan una camiseta. Lo que más gracia me ha hecho es lo del Tívoli», introdujo. Romero llegó a la cola a las 8.30 y esperó una hora y media hasta que el club abrió las puertas y pudo acceder. «Mi padre me ha inculcado el Málaga desde pequeñita. Tiene el brazo tatuado y todo. Es el 'fan' número uno», añadió.

Iván Benítez fue otro de esos aficionados que enloquecieron con la prenda. Tanto, que se aventuró a decir que es «una de las mejores que tiene el Málaga en su historia». La catalogó de «acierto» y destacó la tipografía del dorsal, que conserva la autenticidad de aquella época. «Lo que más me gusta es el escudo y la tela de la publicidad, que la han dejado. Me ha fascinado». Por poner un 'pero', apuntó al tallaje, alegando que viene un poco más pequeño de lo habitual. «Pero, por lo demás, de diez». Benítez llegó a la cola el segundo, a las 5.45 horas. «Ya no quedan tallas L y XL. Solamente tenemos que ver lo que hay aquí adentro», concluyó.