Locura por 300 entradas del Granada-Málaga: desde las 5 de la mañana en cola

Desde antes de las 8.00 horas ya eran cientos los seguidores que se colocaron en fila frente a la tienda del club, pero los primeros de la cola llegaron a las 5 de la mañana, como afirmaron a este periódico. Eran una familia de cuatro personas, con su perro incluido, y un grupo de amigos que fueron los más preparados porque se llevaron sillas de playa para estar sentados, mantas y bocadillos para soportar la espera desde antes del alba. Un poco más atrás, dos estudiantes de Periodismo hicieron cola con los apuntes en la mano.

Estaban repasando porque sobre las 11.30 tenía un examen en la Universidad y habían llegado sobre las siete de la mañana para no quedarse sin un sitio para ver al Málaga en Granada el próximo lunes. Se llamaban Jesús y Rocío y por momentos temieron no llegar a tiempo a comprar las entradas porque el ritmo de venta fue muy lento. Y es que las taquillas habituales están aún en obras y estas se han trasladado de manera provisional a la tienda con sólo dos puestos para atender a los seguidores.

Un madrugón y mucha paciencia por la ilusión de hacerse con una entrada de las pocas entradas disponibles para el derbi andaluz, que llega en un momento clave de la temporada para el Málaga en su lucha por la permanencia. El Granada emitió 640 localidades para los malaguistas como afición visitante, pero solo la mitad estaban disponibles en tienda este jueves. A 15 euros y solo para abonados 'Fiel malaguista' (una localidad por abono, pero una persona podía hacer el recado a otro socio con una foto del DNI). La otra mitad ya fueron distribuidas semanas atrás entre diferentes peñas que organizaron viajes en autobús y solicitaron con antelación las entradas.

En total van seis autocares entre los diferentes grupos de malaguistas que se llenaron días atrás y poco después de salir la oferta porque la demanda fue altísima. Es decir, sólo quedaron alrededor de 300 entradas para la venta en taquillas que no sirvieron para cubrir la gran expectación. De hecho, más de la mitad de los que asistieron a La Rosaleda este jueves se tuvieron que ir con las manos vacías después de varias horas de espera, lo que indignó a muchos de los presentes. Algunos incluso pidieron redactar una hoja de reclamaciones. Las quejas fueron en varios sentidos.

Unos aficionados criticaron la falta de información a tiempo del club con los abonados sobre la cantidad de entradas disponibles, lo que no les permitió planificarse y generó gran confusión. El Málaga intentó que más personas se acercasen a La Rosaleda en baldé con un anuncio en redes sociales sobre las 8.30 horas donde calculaban que con la cola en ese momento ya se iba a vender todo el papel disponible, pero fue tarde y a las 10.00 horas la fila daba la vuelta a la esquina del estadio junto al cauce del río Guadalmedina.

Por otro lado censuraron la ausencia de un control con el que organizar la cola, lo que provocó que más de uno se saltase el turno. Esto también genero luego momentos de tensión entre los mismos aficionados, por lo que tuvieron que personarse hasta dos furgones de la Policía Nacional para controlar la situación, que no fue a mayores. Por tanto, sensación agridulce. La satisfacción de los que consiguieron entrada contrastó con la decepción de los que se quedaron sin ellas. Sin duda fue una muestra más del hambre de fútbol de la afición del Málaga.