El liderazgo creciente de Manu Molina en el Málaga

Año y medio después de aterrizar en Málaga, a meses de acabar otra vez contrato (podría repetirse su sino), ejerce un liderazgo silencioso (o no tanto) en el vestuario. Puede que sea Galilea el que se dirija al grupo en la piña motivadora final antes de los partidos, pero este onubense, que vive más cerca de casa y que ha encajado muy bien en el ambiente del grupo y participa como el que más de las bromas, atraviesa una espléndida madurez y aporta mucho y bien en el campo.

Los datos corroboran esta sensación. Los medios centro defensivos a veces pasan inadvertidos, lejos del foco de los 'highlights' de los partidos, porque su hábitat natural no es el área rival. Sin embargo, Manu Molina es el único malaguista titular todos los partidos entre los jugadores de campo, porque Alfonso Herrero es otro fijo en las alineaciones.

Manu Molina destaca ya en las estadísticas. Es el jugador que más pases ofrece en Segunda División, un total de 690, lo que da un promedio de 69 por encuentro. Sólo otros tres jugadores, todos defensas (Arbilla, Pablo Vázquez y Chirino) superan los 600. La labor del onubense no es una cómoda traslación de pases en corto. También asume la responsabilidad con cambios de orientación, un total de 21, lo que supera las cifras de cualquier otro jugador de Segunda División (le siguen los 16 de Lucas Pérez y los 11 de Agus Medina y de Matheus Pereira).

Aunque el Málaga fichó a Luismi como pieza importante para la temporada cara a ejercer de volante tapón, el exjugador del Oviedo y Manu Molina no son incompatibles en el once, y de hecho la presencia del gaditano lo que consigue es liberar algo al onubense en el campo, pero no lo relega a la suplencia.

Manu Molina, que ya dio seis asistencias de gol la pasada campaña, dos de ellas en la fase de ascenso, fue de menos a más. No fue titular hasta la séptima jornada, precisamente en el Nuevo Colombino, pero luego se fue convirtiendo en una pieza importante para Pellicer, que lo quiere siempre en el verde, y acabó la campaña, en los partidos más decisivos, como imprescindible. Quizás llegó con menos expectativas que los Juanpe o Sangalli, pero les ha superado.

Su labor es muy amplia con o sin balón. Con él es de los más fiables (con el 83,3% de pases acertados, muy poco por debajo de Álex Pastor, con el 87,5%), pero sin él también es brillante, con 55 recuperaciones (promedia 5,5 por choque), el séptimo en Segunda, por detrás de Chirino (68), Gorrotxategi (62), Alberto y Matheus Pereira (61), Señé (60) y Carracedo (55).

Tras acabar como uno de los indiscutibles en el Málaga, la situación se ha repetido este curso. Juegan Manu Molina y diez más. Cada vez convence a más aficionados su juego (ante el Oviedo sacó bajo los palos un remate de Dani Calvo), aunque todo hace pensar que este jueves en Tenerife puede verse afectado por una rotación, porque seguramente Pellicer no querrá que lo juegue todo con tres partidos en apenas una semana (el del Oviedo, el sábado y el próximo del Eibar, el domingo al mediodía en La Rosaleda).