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La temporada recién concluida ha sido extraordinariamente positiva para varios jugadores del Málaga. Unos se han afianzado (Juande), otros se han adaptado a un ... nuevo rol con inesperada brillantez (Luis Muñoz), algunos han cumplido su sueño (Escassi, Joaquín o los canteranos) y en varios casos en particular han vuelto a nacer futbolísticamente (Jozabed) o han dado un paso adelante en el mercado (Rahmani)... Pero probablemente no haya otro más satisfecho al hacer el balance de la campaña que Dani Barrio. Para el guardameta asturiano ha sido una liberación después de la frustrante experiencia en el Numancia, por el descenso y, cómo no, por los goles encajados.
Cuando el Málaga se lanzó el pasado verano en busca de dos efectivos para cubrir la portería –porque se sabía que la continuidad de Munir era a todas luces inviable–, la dirección deportiva no tardó en fijarse en Dani Barrio. Quedaba libre por el descenso del Numancia, era un cancerbero a tiro en el plano económico y los informes eran positivos. Cuando este periódico trató de conocer más detalles sobre él se topó con una respuesta curiosa: «Compite mejor que entrena». Se desconoce si esa aseveración también había sido trasladada a Manolo Gaspar y su equipo, pero ya se conocían bien las virtudes que debían tener los nuevos futbolistas en el perfil trazado por el paleño y por el entrenador, Sergio Pellicer.
«El que venga tiene que tener humildad y competir bien», coincidieron los dos ex laterales derechos blanquiazules. Pellicer ya tenía en mente alternar a los dos porteros, de ahí que avanzado agosto mantuviera su idea de sumar «otro titular» a la presencia de Dani Barrio. El castellonense ya había optado por esa rotación tanto en el juvenil como en el filial (en este último caso, con Kellyan y Gonzalo) y suele esgrimir su tesis de que es muy positivo que los dos cancerberos estén en forma a base de partidos. Sólo que esta vez –y es un argumento que nunca se ha mencionado– consideraba que era obligatorio hacerlo porque en cualquier momento podía producirse algún contratiempo debido a la Covid y veía preocupante tener que recurrir a un cancerbero no habituado a 'hacer portería'.
Como hizo al comienzo de la temporada anterior con Kellyan y Gonzalo, Pellicer habló con Dani Barrio y Soriano para trasladarles que ninguno debía considerarse titular y que se irían turnando bajo los palos. Ambos afrontaban el campeonato con retos distintos: el sevillano necesitaba confianza para mantener su progresión cara a confirmar las expectativas de portero indiscutible en Primera; el asturiano, reivindicarse después de un ejercicio que lo había castigado anímicamente hasta límites insospechados.
Dado que no se permite acceder a los entrenamientos, se desconoce si efectivamente Dani Barrio compite mejor que se entrena, pero el caso es que, como aseguran los técnicos, «Dani compite de maravilla». Su caso puede recordar al de un recordado guardameta que protagonizó un papel relevante en el paso del Málaga de Segunda B a Primera, también asturiano (en este caso de Avilés), Rafa. Cuando llegó Joaquín Peiró, y pese a ser de salida el tercero en discordia tras Lekovic y Sánchez Broto, el entonces delegado, Fernando Peralta (que obviamente en materia de porteros es catedrático), no cansaba de repetir: «Al final acabará jugando Rafa y será indiscutible». Y así fue. Porque Rafa era un competidor nato.
Probablemente la desconfianza tras un balance negativo en el Numancia –pese a que tuvo varias actuaciones providenciales– hicieron que las actuaciones de Dani Barrio en la pretemporada no fueran convincentes. En el cuerpo técnico estaban expectantes por verlo en acción cuando comenzara la Liga y eso ya disipó todas las dudas. Es más, en un balance interno se destaca que el asturiano ha estado por encima de Soriano en el plano competitivo y que ha cometido pocos errores (en cambio, el sevillano, pese a tener a priori mejores condiciones, ha mostrado demasiados altibajos).
Para Dani Barrio su primera temporada en el Málaga ha sido de profunda liberación. Está por ver si con el nuevo entrenador –que ya ha anunciado que él no hará rotaciones– y con otro rival en la portería hace valer su experiencia y su ya demostrado afán competitivo para hacerse con la titularidad bajo los palos desde mediados de agosto.
53 goles encajó Dani Barrio en el Numancia en la temporada 2019-2020, que concluyó con el descenso del conjunto soriano (antepenúltimo, con 50 puntos). El gijonés disputó los 42 partidos completos y, pese a la cifra tan alta, fue providencial en varios encuentros. En esta campaña ha recibido 30 tantos en 24 actuaciones.
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