Las lesiones, mal endémico del Málaga

Aunque la peor coyuntura se está viendo en los últimos meses, donde han entrado más factores en juego hasta hacer que el conjunto blanquiazul llegue a un bucle de marcadores negativos que le han metido en la lucha por no descender, lejos de la tranquilidad para lo que fue concebido. Ni siquiera contar con un vestuario más poblado (para esta campaña LaLiga levantó la sanción de límite de fichas del curso anterior) ha evitado que las bajas hagan notar.

Se ha convertido en habitual tener la enfermería llena desde el principio, cuando aún no estaban recuperados del todo Calero y Chavarría, que fueron operados. Luego el que tuvo que ser intervenido fue Luis Muñoz y, por último, Genaro, aunque del menisco, una lesión de menos duración. Entre medias, una veintena de problemas musculares que no han permitido al Málaga exprimirse al máximo.

La mayoría de la plantilla ha tenido al menos alguna dolencia leve que le ha impedido jugar. Nombres como Hicham, Sekou, Ramón o Jozabed han sido recurrentes por haberse visto lastrados. Y otra de las víctimas ha sido Juande. El defensa sufre ahora una nueva lesión justo cuando se esperaba su regreso tras recuperarse de una dolencia anterior. El zaguero, titular indiscutible cuando se encuentra apto físicamente, padece ahora una rotura muscular en el gemelo interno de la pierna derecha. Se desconoce por el momento el grado de la lesión, pero su vuelta a la competición es una incógnita y agudiza los problemas defensivos del equipo.

Un varapalo para el jugador, que está encadenando tramos de ausencias por culpa de problemas físicos. Ya tuvo que parar durante el mes de diciembre, y en 2022 sólo ha podido participar en tres partidos y claramente mermado por no encontrarse al cien por cien. Pero igual de duro está siendo para el Málaga, que contaba con su regularidad como seguro para su defensa. Con la baja de Juande, la debilidad en la zaga aumenta de forma considerable también por la falta de recursos.

Cuando falta el defensa cordobés formado en la cantera malaguista, el equipo se queda tan sólo con Lombán y Peybernes como centrales de la primera plantilla, y los remiendos improvisados con Escassi e Ismael Casas no han surtido efecto por distintos motivos. El club blanquiazul sufre ahora la decisión de no haberse reforzado en el mercado de invierno con un nuevo central habiendo sufrido además la lesión de gravedad de Genaro, otro medio de contención polivalente que era capaz de actuar de central.

Más problemas para Natxo González. El entrenador tendrá que buscar una solución de garantías para pertrechar una defensa que consiga el objetivo de volver a mantener la portería a cero. Algo que ya se ha convertido en obsesión y no termina de lograrse. De hecho, el equipo ha reducido la sangría que sufrió en enero con las goleadas recibidas del Ibiza y el Mirandés, pero sigue encajando al menos un tanto en los últimos seis partidos.