Larrubia fue el gran nombre propio del triunfo del Málaga contra el Antequera. Marcó un gol, asistió en otro y cuajó un partido sobresaliente para ... dar un paso al frente cuando ya se le ven las orejas al lobo. El 'play-off'. Una jornada más especial si cabe por tratarse de su primer gol en La Rosaleda: «Ha tardado bastante en llegar, más de lo que me esperaba. La gente que me conoce sabe lo que he trabajado para esto… Es uno de los días más felices de mi vida». Hasta este sábado y pese a haber gozado de multitud de oportunidades no le habían terminado de salir tan bien las cosas. «No me he parado a pensarlo, pero soy un futbolista que nunca deja de intentarlo. A partir del gol he cogido confianza y he sido más valiente en el uno contra uno. En los entrenamientos trabajo muy bien y tengo que seguir trabajando para seguir plasmándolo en los partidos».
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El malagueño, además, exteriorizó la necesidad que había a nivel interno, de vestuario, y también de afición, por ganar y mostrar buenas sensaciones: «Era el último partido en casa antes del 'play-off', era muy importante dar esta imagen. Teníamos que salir a morder y generar el ambiente del inicio de temporada». Celebró su gol abrazando a Julio Rodríguez, el preparador físico del Málaga, una figura importante para él en el día a día: «Es una persona que está muy detrás mía siempre. Me dice que soy el 10 del y que tengo que echarme el equipo a la espalda. Quería reconocérselo».
La semana pasada publicó un texto reflexivo que dejó escrito en el pasado y lanzó a las redes, cinco años más tarde, porque siente que le identifica con el presente: «El mensaje lo tenía escrito desde 2019 y justo lo leí y me sentí identificado en ese momento». Para un hipotético ascenso, dice, no tiene ningunas letras preparadas aún: «Texto, no; pero lo que pienso me lo voy a guardar».
Sangalli salió desde el banquillo, pero contribuyó a redondear la goleada haciendo el tercero de la tarde. No es la primera vez que marca en La Rosaleda, pero sí el que firma como malaguista. Ya marcó con el Sanse, el filial de la Real, hace algunas temporadas: «Tenía muchas ganas de estrenarme con la camiseta del Málaga y por suerte ha podido ser. Ha sido una explosión de alegría. Llevaba mucho tiempo esperando y soñando con este momento».
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El vasco ha vivido una montaña rusa esta temporada. «Llegué con mucha ilusión a Málaga. La primera parte de la temporada estuve muy contento y muy integrado. Me sentía muy cómodo y al final el fútbol es lo que tiene. Soy consciente de que me ha costado mucho, sobre todo, a partir de la segunda lesión me ha costado mucho coger ritmo y tener nivel. Al final tengo experiencia en estos casos y hay que seguir apretando. Al final cuando te llega la oportunidad hay que darlo todo. Espero que con el gol de hoy tenga también esa motivación y esa confianza extra para intentar poder más en lo que queda», repasó.
Catalogó la victoria de «subidón anímico para el equipo» y comentó, para concluir, cuáles han sido los cambios que han propiciado la mejoría respecto a anteriores partidos: «Desde el principio hemos sabido ajustar bien la presión y ver que al robarles arriba le podemos hacer daño. En otros partidos nos hemos visto por detrás en el marcador. Eso al final es una mochila que te cuesta remontar… Estar juntos todo el partido es clave».
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