Rahmani controla el balón el pasado sábado ante Laure. SALVADOR SALAS

«Jugar en el Málaga es otra cosa»

SECRETO DE SUMARIO ·

Futbolista blanquiazul antes que entrenador, Pellicer ha inculcado a los nuevos la presión y el orgullo que supone vestir esta camiseta

Martes, 29 de septiembre 2020, 00:24

El ADN malaguista. Sergio Pellicer siempre está a vueltas con esa expresión. Un día tras otro, el técnico castellonense recurre a otra frase: «Esto es el Málaga, esto es el Málaga, esto es el Málaga». Y a fuerza de repetirlo ya se ha podido ... comprobar que los jugadores han captado el mensaje. Lo hicieron en la 'miniliga', cuando entre los equipos de Segunda se apuntaba al equipo blanquiazul entre los candidatos al descenso, y lo hacen ahora, en una plantilla renovada al 99 por ciento (sólo un profesional de la pasada temporada tiene asegurada la continuidad, Benkhemassa), plagada de incorporaciones y de canteranos.

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Ante tantas dificultades, Pellicer ha vuelto a ser 'Torito', aquel apodo que le puso en su etapa como futbolista el inolvidable Paco Cañete. Porque el entrenador no ha parado de revolverse ante todo aquel que durante dos meses le ha recordado las dificultades que cercaban a la plantilla. Apenas unas horas después de que el administrador les comunicara a once jugadores la intención de despedirlos, el castellonense tomó las riendas, se reunió con ellos y les habló alto y claro. Contaba con la ventaja de que al frente de ese grupo de 'proscritos' estaban uno que siempre creyó en él, Adrián, y otro que después de tener profundas discrepancias con él en la etapa anterior ha sido un ejemplo de total lealtad y compromiso (Luis Hernández).

«El fuego se apaga con fuego, no con más leña», recalcó Pellicer en su comparecencia antes de viajar a Tenerife. Pero conviene no llevarse a engaño: el actual entrenador no ha ejercido de apagafuegos; al contrario, de puertas adentro ha mostrado la misma firmeza con los futbolistas pese a que las circunstancias no eran precisamente las deseadas.

Es más, para trasladar su mensaje más contundente hasta se ha valido de aquellos que pueden salir despedidos (o que van a salir despedidos, sería mejor decir). A todos los nuevos que han ido incorporándose a la plantilla y al vestuario les ha trasladado la presión y el orgullo que supone vestir la camiseta blanquiazul, ese ADN malaguista. «Jugar en el Málaga es otra cosa», les ha repetido a todos y cada uno de ellos (como lo hace con los jóvenes) el día de su llegada al equipo.

La temporada aún debe desarrollarse y, como suele reiterar en sus comparecencias públicas, queda mucho trabajo y mucho sufrimiento. Pero de momento al Málaga (a sus jugadores) se le ve con hambre, con humildad y con orgullo. Y la sucesión de situaciones adversas recuerda obligatoriamente a aquellos futbolistas que en pleno proceso concursal creyeron en el ascenso a Primera. Quizá también porque el entonces entrenador, Muñiz, y el actual se parezcan bastante. Para empezar, que ambos se consideran malagueños y hablan siempre del Málaga en primera persona. Puro ADN malaguista.

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