Desde los jugadores: «La culpa es nuestra, hay que ser autocríticos»

Munir y Keidi fueron los dos representantes del vestuario malaguista ante los medios de comunicación minutos después de llevarse otro 'fracaso' más para la amplía lista de este 2019 que acabó oficialmente en lo futbolístico este sábado. Tras perder dos puntos ante el Lugo, un rival directo en la clasificación y en plena crisis por su poca calidad pero que tuvo suficiente para llevarse un punto de la vulnerable Rosaleda, entre los jugadores no quisieron poner paños calientes.

«Totalmente, es culpa nuestra. Son situaciones que intentamos mejorar pero tenemos muchas carencias. Hay que ser consciente de esto para mejorar. Es claramente culpa nuestra», dijo Munir, el portero, al que se le pudo ver muy decepcionado después de encajar ese gol de Pita en el minuto 102. «Hay que ser realistas. Si estamos donde estamos es culpa nuestra. Planificación o cosas que nosotros no podemos controlar son cosas en las que no debemos perder energía. Somos los que somos y ya está. Tenemos que mejorar muchas cosas. Un partido como hoy no se nos puede ir», siguió igual de contundente el portero melillense.

«La culpa ha sido nuestra. Nosotros tuvimos que cerrar el partido en el primer tiempo y al final ellos también juegan y nos han metido esa falta. Al final no hemos conseguido los puntos que queríamos«, dijo por su parte Keidi. El centrocampista albanés representó el cabreo del equipo. »La explicación es que nosotros estamos muy cabreados porque no puede pasar lo que ha pasado. En la primera parte hemos tenido muchas ocasiones para cerrar el partido y estamos muy enfadados con lo que está pasando«, dio su visión Keidi.

«Nos debemos ir fastidiados y jodidos a casa. Después de ser descalificados de Copa teníamos ganas de estos tres puntos y al final son cosas que tendremos que ir mejorando y a ver si acaba el 2019, que no ha sido bueno para nosotros», terminó de atender a los medios el guardamenta Munir, que a felicitó las fiestas navideñas a los presentes entre dientes por el gran disgusto encajado.