Justicia para Juanpi y doctorado de Tete en el día que se acabó el sufrimiento

Pero lo de Juanpi es pura justicia poética. El gol del 16 malaguista, que un día fue el diez, floreció en el momento más importante. El colofón a su sobresaliente final de temporada tras el confinamiento, donde Pellicer ha confiado de forma incondicional en él a sabiendas de que es el jugador más diferenciador de la plantilla en cuanto a imaginar con el balón en sus pies. Eso es algo que pocos dudan, ni siquiera los que le cuestionaron en el momento en el que más criticado fue por su falta de regularidad.

Pero eso es tiempo pasado. El venezolano se ha convertido, en silencio y sin querer ofrecer declaraciones, en la pieza más preciosa del equipo, que, además de embellecer, rinde, que es lo que al final cuenta. Titular en nueve de los diez últimos partidos de la era poscoronavirus, sólo fue suplente ante el Rayo Vallecano, donde salió en la segunda parte a falta de más de media hora.

Minutos influyentes en el ataque malaguista, donde se ha desenvuelto principalmente desde la banda derecha, recortando para jugar hacia adentro del centro del campo, cerca de la frontal del área, y como mediapunta para intentar filtrar pases decisivos. O para dar criterio al contragolpe, como ocurrió ante el Deportivo, donde Juanpi fue el autor del pase de gol de Hicham, que pudo definir solo al llegar en carrera a la precisa asistencia del venezolano. Ese fue otra pata importante de la salvación.

Esta vez le tocó a él ser el protagonista del gol malaguista y la foto de tanto define por sí sola la liberación que le ha supuesto al que fuera canterano malaguista y que suma con esta su sexta temporada en el primer equipo desde que debutó en 2014. Se filtró entre la zaga del Alcorcón con una triangulación de cabeza y un eslalon vertiginoso para definir a placer ante Dani Jiménez (aquí en vídeo).Un gol que seguramente recordará pase lo que pase en el futuro, sea blanquiazul o no. Sus propios compañeros corearon su nombre en la foto final tras el partido donde el equipo celebró el objetivo cumplido, con la grada de animación de fondo, a la que quisieron reconocer sobre todo ahora que no puede estar.

Jornada de ensueño que merece celebrar aunque contado así a principios de temporada hubiese sido impensable. Pero se celebra con el mismo respiro que el Huesca se quitó la presión de ascender a Primera, con gol por cierto del que fue malaguista por un tiempo, Okzaki. Lo que es el fútbol.