Desde mediados de febrero, a raíz del peligroso 2-0 encajado en Anoeta ante la Real Sociedad B, Jozabed lo había jugado todo. El volante sevillano generó un curioso consenso en el criterio de José Alberto Sánchez, Natxo González y Pablo Guede. Para los tres ... ha sido una pieza clave en el centro del campo siempre que no ha arrastrado problemas físicos. Por eso duele más su rotura fibrilar (el club no utiliza estos términos y habla sólo de lesión muscular confirmada o no, pendiente de evolución) en el aductor de su pierna izquierda, sufrida tras la media hora de juego del choque del sábado contra el Oviedo, no se sabe bien si por la acumulación de minutos y esfuerzo, aunque los equipos de Segunda apenas se ven necesitados de jugar entresemana.
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Con el desenlace de la temporada en juego, ante tres jornadas determinantes para la suerte del Málaga, el conocimiento del juego de Jozabed se va a echar en falta en un centro del campo que se puede quedar huérfano de fútbol entre líneas sin el exjugador del Celta, sobre el que ya dejó entrever Guede que habrá pocas opciones de que pueda reaparecer este curso (el último partido es el domingo 29, en Lugo).
«Ponemos un circo y se nos crecen los enanos», se lamentaba incluso Guede el sábado en la rueda de prensa. Jozabed, uno de esos jugadores que puede rendir mejor en Primera que en Segunda (donde la circulación del balón resulta más trabada), siempre que le respalde una buena condición física, se suma a la nómina ya preocupante de ausencias en el Málaga. El regreso esta mañana a los entrenamientos permitirá esclarecer si Guede tiene opciones de recuperar algún efectivo cara la difícil salida al Heliodoro Rodríguez de Tenerife del domingo (21.00 horas), como puede ser el caso de Juande, Javi Jiménez, Luis Muñoz o Adrián. A estas alturas de temporada, cabe apelar incluso a ese factor de riesgo que implica forzar de alguna manera una reaparición, porque es mucho lo que hay en juego.
Conviene recordar también, ante la baja de Jozabed, que el Málaga tiene apercibido de sanción a su sustituto más natural, un Ramón que ya fue el que le dio relevo ante el Oviedo, aunque un jugador dotado de menos experiencia y con otras características, aunque le acompañe también un buen último pase. Además, ha llegado lejos de su mejor condición física a mayo. «Entró desde el el banco porque tenía molestias en el cuádriceps y volvieron durante el partido», se encargó de justificar después Guede.
El técnico malaguista se ha decantado en los últimos partidos por retrasar a Escassi al eje de la defensa, ante las dudas generadas por Peybernes y la juventud de Andrés, y ha generado un movimiento en cadena, al convertir a Genaro en el medio centro defensivo del equipo. Es por eso que el equipo no está sobrado de volantes y deberá conducirse con sumo tiento con las tarjetas amarillas en lo que queda de Liga, puesto que a Ramón se le suman Paulino y Brandon entre los amenazados.
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A estas alturas sorprende también el paso al segundo plano del joven Dani Lorenzo, que llegó a jugar tres choques ligueros consecutivos a finales de diciembre sin desentonar y que ha dejado de ir convocado y de contar para el filial, y continúa sin tener protagonismo alguno Ismael Gutiérrez, en el que ninguno de los tres entrenadores ha depositado su confianza.
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