Sin José Alberto, menos control de la grasa

El Málaga le ha comunicado a Peybernes que no es indiscutible y que si se queda tendrá un papel residual. Vamos, que no cuenta con él y que le enseña la puerta de salida. El francés, que no ha brillado precisamente como blanquiazul –raro ha sido el partido en el que no ha cometido un error grave por sus 'desconexiones' o sus frivolidades–, se siente ahora traicionado por el club. ¿La razón? Que el pasado verano decidió aceptar la propuesta por dos años tras un almuerzo en Málaga cuando el Zaragoza lo quería por tres y un montante por casi el triple que aquí. Claro que su rendimiento justifica cualquier decisión.

Acaba la temporada y están a punto de salir las 'notas' de los árbitros de Primera y Segunda. Una cuestión parece garantizada: Mario Melero López continuará en la élite para comenzar la novena. De este modo, tendrá la opción de acercarse aún más a Antonio Martín Navarrete como el segundo colegiado malagueño con más partidos entre los 'grandes', tras Antonio Jesús López Nieto (que llegó a 231). Eso sí, como ahora se pitan más encuentros en una campaña, Melero lleva 141 partidos en ocho años mientras que el analista arbitral de SUR llegó a 162 pero en 15. ¿Y quiénes descenderán? Existe una norma no escrita por la cual los damnificados suelen despedirse en un campo grande si nada hay en juego. Esta vez Cordero Vega y Jaime Latre, que han estado muy flojos, dirigieron los últimos partidos en el Bernabéu, contra el Betis y el Levante. Mateu y Del Cerro siguen pese a haber cumplido lo que antes era edad fijada para retirarse.

En su obligación de mirar a todos aquellos jugadores que acaban contrato, el Málaga contactó con Babin, el corpulento central que ha estado en el Sporting. Después de un periodo de tanteo se ha descartado esa opción, en principio porque no termina de convencer a Guede. Aunque luego ya se sabe que el mercado depara cambios...

No quería dejar pasar un apunte sobre Horta, ahora tan en primer plano. Husillos lo fichó para el Málaga porque veía en él a un futbolista con recursos para jugar incluso más como medio punta que como extremo. En esa posición es en la que ha brillado en el Braga –incluso a mejor nivel que Trincao cuando a este lo fichó el Barça–, pero ya se sabe que para Javi Gracia es innegociable el 4-4-2, así que o el luso rendía pegado a la banda hace seis temporadas o no tenía futuro. Efectivamente, pronto se cayó del equipo y ni siquiera tuvo opciones tras el traspaso de Amrabat porque el elegido como extremo fue Juanpi, que firmó sus mejores (y lamentablemente casi únicos) partidos buenos.