Javier Souviron: «El Málaga se salvará si los malagueños queremos»

"Era una tarea terapéutica, tras dejar parte de mi vida en un sitio y del día a la noche desaparecer. Para mí no fue un trabajo, sino cumplir mi sueño desde niño, porque yo iba a La Rosaleda desde pequeño. He querido acercar a los aficionados lo que es un vestuario y las vivencias de él. He querido hablar de imprescindibles que nadie conoce, después de moverme en un fútbol blanco y negro, marcadores simultáneos, foso en La Rosaleda...", evocó Souviron en una charla coloquio con los asistentes, entre los que estaban exjugadores como Nacho, Juanma, Juan Rodríguez o Contreras, el humorista Tomás García, el responsable de los servicios médicos del Málaga, Juan Carlos Pérez Frías, o numerosos periodistas de su época, muchos aún en activo, entre otros.

"Echo de menos que a los entrenamientos no se pueda acudir. El fútbol de hoy lo veo muy lejano, aunque sigue siendo pasión", dijo, y recordó episodios vividos en primera persona en Omán o en África en plena guerra que le dan a entender.

Respaldado por su gran experiencia, tuvo que referirse de forma obligada a la crisis deportiva e institucional actual: "Se suele decir una ciudad como Málaga. Una ciudad como Málaga dejó desaparecer un club, no como Sevilla. El Málaga se salvará si los malagueños queremos. Los que juegan son once, pero si no sienten el apoyo de la gente. ..".

Souvirón se refirió a numerosas anécdotas, muchas centradas en el ciclo exitoso con Joaquín Peiró, de ahí que haya quedado un grupo de 'whatsApp', los 'Peiró boys'. "Nos respetaba a cada uno en su parcela. Se sentaba en una mesa y nos dejaba hablar a todos. Siempre decía en las concentraciones antes de comer, 'podemos ganar, empatar o perder', pero hambre nunca'", recordó, y dejó claro que "el equipo de Peiró se ejecuta en Segunda B (Movilla, Roteta, Larrainzar, Bravo...) y supo integrar luego a los jugadores que llegaron". E incidió en que esa generación "fue la única que consiguió un título, la Intertoto, y logró la clasificación por primera vez para un torneo europeo".

Souvirón, sobre el que Antonio Tapia decía que "tenía los dos metros más rápidos del fútbol español", recordó también que aceleaba o ralentizaba sus carreras para asistir a los jugadores en el campo si el equipo iba ganando o no. Numerosos nombres más salieron a colación, como los de Paco Cañete, Juan Carlos Pérez Frías, Basti, Darío Silva, uno de los futbolistas más especiales que ha conocido.

"Algunos futbolistas son más reacios a unas infiltraciones. No le gustaba pinchase. Entonces les sacaba una jeringa de cristal con una aguja grande y la llenaba de agua, y el jugador se ponía blanco. También les mostraba un atlas de medicina y les decía 'es la segunda que voy a poner'...", recordó como broma.

"Casi nunca se le da la importancia que tiene, no por mitigar las lesiones, sino por su labor a escuchar para los jugadores. Es un momento único que el futbolista tiene con una persona interactuando", destacó el exguardameta Contreras, hilando con la vocacion frustrada de Souvirón, la de ser portero. Sin estar presentes dejaron sus mensajes excompañeros en el Málaga como José María Goicoechea (su ídolo), José Luis Gilabert, Canillas, Azuaga, Mikel Roteta, Larrainzar, Dely Valdés, Darío Silva, Sandro y Lauridsen.