Izan Merino, un talento precoz que destila dinamismo y personalidad

La Copa fue el pretexto. Ante el Eldense cumplió su sueño de siempre, tal y como reconoció, sentado en la sala de prensa del estadio de Martiricos, para valorar el pase de ronda y también el partido. Huyendo de la discreción hizo gala de sus prestaciones ante un rival de superior categoría. Pidió todos los balones que pudo, reluciente de carácter y sin achicarse ante los errores que un chaval de sólo 17 años pueda cometer, contados con una mano.

Mejoró ante el Algeciras, el día de su debut liguero. Testeó todas las partes del campo, haciendo de 'box to box', bajando a recibir, prácticamente sin errores en el pase, y también llegando al área rival (gozó de hasta tres ocasiones de gol). Sostuvo el centro del campo del Málaga durante el segundo tiempo tras la expulsión de Genaro y también demostró tener capacidad para sufrir en situaciones delicadas.

De la generación de 2006 y criado en la barriada malagueña de Miraflores de los Ángeles, Izan Merino se vistió de corto por primera vez en las filas del Tiro Pichón, antes de llegar a La Academia como benjamín, siendo un niño. Su meteórico crecimiento llegó hasta las oficinas de Chamartín. El Real Madrid se interesó en él este verano. Realizó una oferta al Málaga, pero la jueza rechazó su venta al tratarse de una operación con repercusión en el patrimonio del club. El jugador, centrado en entrenar y en preparar la temporada, se mantuvo al margen durante toda la negociación.

En su entorno hablan de él como un chico noble y muy familiar. Siempre atento y pendiente de sus hermanos, se encarga de acompañarlos al colegio cuando tiene la ocasión, muy comprometido también en casa. En el plano deportivo destacan su liderazgo (ha llevado el brazalete de capitán en casi todos sus equipos) y hablan de él como un chico muy querido por sus compañeros. La figura de Sergio Ramos siempre ha sido un espejo en el que mirarse: empezó siendo central antes de reconvertirse en pivote hace un año. No se esperaba el cambio de demarcación, aunque es feliz con su nuevo rol. Dinámico y atrevido, cuenta ahora con la posibilidad de llegar al área rival.

También sabe lo que es ponerse la camiseta de la selección. Lo ha hecho como internacional sub-17 hasta en cinco ocasiones, combinado con el que debutó la pasada temporada a las órdenes de Julen Guerrero y con el que ha disputado el Europeo (en Hungría) y el Mundial (en Indonesia) de la categoría como soldado de José Lana. También lo ha hecho con la sub-18 a las órdenes de Santi Denia, con la que ha participado en dos partidos amistosos, ante Portugal y Turquía.

Entre sus tantas virtudes, algunos de los entrenadores con los que ha trabajado en las categorías inferiores del Málaga destacan su polivalencia y su capacidad de adaptación. Entre sus cosas a mejorar, que también habla muy bien de sus capacidades, ponen el foco en todo el margen de mejora que tiene por su corta edad. El equipo en general e Izan en particular llegan al 'mini' parón navideño con la flechita hacia arriba habiendo aprovechado, con creces, las dos oportunidades que le otorgó Sergio Pellicer.