Izan Merino supera la primera prueba

Su rendimiento en el primer tiempo en Cádiz dejó que desear, similar al de sus compañeros en la línea defensiva si se es justo, con algunas pérdidas de balón en zonas peligrosas, y fue superado por los atacantes cadistas. Sin embargo, Merino, al igual que sucedió con el resto del equipo, vio la luz con el tanto de Dioni que recortaba distancias. Ya con la entrada de Puga para el lateral derecho, pudo liberarse de algunos repliegues en jugadas en transición y comenzó a llegar con más frecuencia al área rival, incluso tuvo un disparo envenenado desde larga distancia que requirió de la estirada de David Gil, guardameta del Cádiz, para detenerlo, con el resultado todavía adverso.

En lo estadístico, Merino completó los 90 minutos por primera vez en su carrera como futbolista del primer equipo, tuvo un 82% de acierto en los pases (46 de 56 intentados), aunque también perdió el balón en once instancias, que si bien es cierto que ninguna de ellas fueron determinantes en los dos tantos del Cádiz, es una cifra elevada y el canterano blanquiazul deberá prestar más atención en encuentros venideros.

No brilló con luz propia ante el Cádiz como sí lo hizo ante el Deportivo, pero Merino dio de nuevo señas de futbolista encaminado a ser importante en la posición de mediocentro, considerada una demarcación de vital importancia en los esquemas del fútbol actual, dada la 'obligación' de tener que ser uno de los principales constructores del ataque del equipo y a la vez tener la faceta de destructor del juego rival.

Las circunstancias provocaron la titularidad de Merino en Cádiz en lugar de su salida desde el banquillo como hasta ahora había sido habitual cara a un incremento progresivo en su cantidad de minutos, como parte de la estrategia de gestión de Pellicer. Tras su discreta primera parte, el joven talento blanquiazul se acercó al nivel mostrado en Riazor y demostró que, a pesar de las dificultades, Izan Merino está capacitado para ejercer un rol importante en el Málaga.