Ismael Gutiérrez, el gran olvidado de José Alberto en el Málaga

Pero al fondo se encuentra Ismael Gutiérrez, el gran olvidado de José Alberto y que aún no ha tenido la oportunidad ni para fallar. Sólo ha jugado 20 minutos en lo que va de temporada repartidos en dos partidos en los que salió para los cinco últimos minutos ante el Fuenlabrada, y para quince en Cartagonova. Situaciones con el partido roto y sin margen para proponer.

Desde que se lesionó de gravedad Luis Muñoz, que era una pieza fija en el esquema malaguista, el centro del campo se lo han repartido entre tres, sobre todo Genaro y Escassi más que Ramón. Mucho más excepcional ha sido el rol de Jozabed como mediocampista, ya que se ha empleado preferentemente como segundo punta. Pero Ismael Gutiérrez ha quedado fuera de los planes.

Cabe destacar que le penalizó especialmente no poder estar disponible en los primeros seis compromisos del campeonato por una sanción que acarreaba del año anterior con el filial del Atlético de Madrid. Tenía que cumplir un encuentro de sanción, pero al haber sido inscrito con ficha del filial para liberar espacio en el tope salarial de la primera plantilla (algo que está permitido porque aún tiene edad de sub-23, en concreto 21 años) tuvo que esperar al comienzo de la Tercera RFEF para poder computar su castigo.

Eso no le dejó entrar en una convocatoria hasta el Sporting-Málaga de la séptima jornada, donde se quedó en el banquillo. Desde ese momento no ha habido una apuesta clara por el sevillano, natural Los Palacios, pueblo que han hecho famoso jugadores como Jesús Navas y ahora el prodigio Gavi, pasando también por Fabian Ruiz, curiosamente primo segundo de Ismael.

La idea de dar el salto definitivo a la élite se está torciendo y el jugador ya se plantea buscar una salida en el caso de seguir dilatándose esta situación de ostracismo. Aunque no esconde su descontento y frustración, sigue confiando en contar con una oportunidad para colarse en una de las demarcaciones más importantes para el cuerpo técnico, de ahí que tampoco se presten a demasiados experimentos.

Sobre todo tras llevarse un mal rato en encuentros como el de Ponferrada y el de Cartagena, donde el diseño de la estrategia en esa zona acabó condicionado gravemente el resultado de ambos partidos. Fueron un 4-0 y un 3-1 en contra, los más abultados que han tenido que encajar. Las fuentes consultas en el club sobre la situación de Ismael explican que se trata de una falta de confianza del entrenador.

Se le reconocen cualidades de un perfil físico, buen sentido de la colocación y medido pase en largo, pero todo insuficiente para demostrar la apuesta que sí anunciaron desde el club sobre Ismael, tanto al jugador como a la opinión pública. «Es un jugador del primer equipo a todos los efectos», apresuró a aclarar el director deportivo, Manolo Gaspar, en la presentación mediática del centrocampista.

Eso fue en julio, cuando sí se pudo comprobar esa confianza en el jugador en pretemporada. Sin embargo, aquello fue un espejismo, algo que a día de hoy inquieta al joven, frustrado porque ve que se abren oportunidades para jugar, pero nunca es correspondido como tal. Esta semana, de nuevo, se presenta una situación propicia para tener minutos de calidad con la ausencia de Genaro.

Quizás resulte chocante verle directamente en el once titular tras tanto tiempo sin contar con él, pero entra dentro de lo coherente que, según cómo transcurra el partido, tenga una oportunidad destacable. Al contrario, la decepción irá a más. Tanto el futbolista como su entorno confiaban en que su paso por Málaga rompiera con la tendencia negativa de los últimos años tras su debut prematuro en Primera con el Betis y estar cedido en el Alavés, también en la máxima categoría.

De hecho, con la esperanza de poder destacar de blanquiazul, su contrato dispone condiciones accesibles (opción de compra del 50% de sus derechos al Atlético por menos de medio millón, mientras que la otra parte sigue siendo del Betis) para su continuidad, algo que salvo giro radical resulta inviable.