Borrar

Poca o ninguna historia tuvo el partido jugado en El Toralín; el arbitraje, tampoco. Me pareció bastante irregular la actuación del colegiado Varón Aceitón, muy gris y con poco genio a lo largo de todo el encuentro, y eso que el juego no le ofreció dificultad alguna para su control. La ausencia de acciones con comportamientos violentos y la no existencia de jugadas en las áreas facilitan en gran medida la labor de los colegiados; de hecho, no hubo necesidad de solicitar consulta alguna con el videoarbitraje. Sólo reclamó una Hicham, pero sin razón.

No es fácil destacar algo positivo de su trabajo, salvo algunas decisiones sobre acciones concretas; faltaría más si esto no se produjese a lo largo del choque. En el control disciplinario se podría destacar la amonestación que le mostró al malaguista Míkel en el minuto 26 por derribar de forma clara a Isi. Incontestable. También la que le mostró en el minuto 67 a Larrea por una entrada con derribo a Juanpi. Sin embargo, sí que es muy cuestionable la amonestación a Keidi, bastante evitable al no ser una acción contundente.

La apatía mostrada en jugadas y acciones donde se reclama del árbitro una mayor intervención y control. Se dejó llevar por las teatralidades de los jugadores locales, que simulaban una y otra vez recibir golpes en los saltos con los brazos del contrario. Ahora que tanto se han de controlar estas jugadas, debió hacer en más de una ocasión alguna que otra advertencia a los jugadores que lo simularon. Tampoco anduvo fino en corregir la aplicación de la ventaja en una lance de Isi sobre Juanpi. Y es que, si no resulta efectiva, se ha de señalar la falta. Y no lo hizo.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

diariosur Muy irregular