Es imposible ganar si se juega andando...

A estas alturas, a un paso de cumplirse los dos primeros tercios de Liga, no se sabe qué es más preocupante en el Málaga, si la falta de autocrítica o los peligrosos síntomas de acomodamiento. Por una razón o por otra, la imagen de este equipo causa sonrojo una semana tras otra. Y no nos quedemos sólo con las cinco victorias en 26 partidos, sino con el empate en la visita al Mirandés, la derrota en Ponferrada, el empate a cero en casa con el Fuenlabrada, la derrota en Alcorcón o la incapacidad para ganar en La Rosaleda al Lugo.

Después de estos encuentros no hemos escuchado ni un solo comentario sobre el pésimo nivel ofrecido, ni por parte del entrenador (en estos casos, Víctor) ni por los jugadores. ¿Yqué decir de la bochornosa eliminación copera ante el Escobedo? El actual entrenador, Sergio Pellicer, llegó a afirmar tras la ridícula actuación en Elche: «Hoy el equipo ha dado la cara». ¿De verdad ese es el listón?

Porque esa es otra. La provisionalidad de Pellicer tampoco ayuda. Si no es confirmado en su puesto, tendrá menos fuerza ante el grupo y seguirá siendo para los jugadores –algunos de ellos, especialistas en rajar constantemente del técnico de turno– 'el interino'. O simplemente aquel que conocieron como segundo entrenador y al que ahora le han dado los mandos como solución de emergencia. Claro que para adoptar esta decisión no habría que estar, como le sucede a Richard Shaheen, en los días iniciales de primer curso de Director General, ni por supuesto que el club estuviera en manos de un presidente sin la más mínima idea de fútbol.

En cualquier caso, convendría no irse por las ramas y seguir aludiendo a los dirigentes o a los entrenadores. Ellos tienen su cuota de responsabilidad, pero a los futbolistas ya se les han acabado las coartadas (las de Víctor y las de ese mal entendido respaldo sin nada a cambio de parte de la grada al comienzo de la Liga).

Que sepamos, la situación económica del club aún no ha afectado a los jugadores; al contrario, fueron llorando el año pasado a Caminero por los viajes en autobús y los hoteles elegidos y pasaron a tener otra vez estatus de Primera División desde aquella cita en Majadahonda. A todos ellos habría que recordarles que, de no ser por la aparición de Ontiveros en el tramo final, el equipo quizá no habría llegado a los 'play-off' de ascenso.

No sobra la calidad en el Málaga, eso también es evidente, pero el rendimiento de todos en lo que va de temporada es paupérrimo. Es que ni merece la pena personalizar. ¿Para qué? Algunos nombres están en la mente de todos, pero desde luego ni los profesionales (salvo alguna mínima excepción) ni los canteranos (que flaquean en cuanto llegan los primeros elogios) han dado la talla. No se puede vivir ni de las rentas ni de una fugaz aparición porque cualquiera te deja en evidencia, como se demuestra semana tras semana. Es imposible ganar si se juega andando. Por mucho que creas que con el nombre del Málaga vas a ganar sin bajar del autobús. Así, desde luego, el equipo se irá a Segunda B.