Al contrario que la mayoría de sus compañeros, Josua Mejías llegó al fútbol mucho más tarde que ellos porque su primer deporte, como el de muchos jóvenes venezolanos, fue el béisbol. Allí es el deporte rey, aunque el balompié ya está empezando a igualar fuerzas. Esto provocó que Mejías, ahora jugador del Málaga cedido por el Leganés, no se enamorase del fútbol hasta los 16 años, cuando decidió cortar una promtedora carrera como jugador de béisbol. Una historia parecida a la del exmalaguista Mikel Villanueva, ahora jugador del Santa Clara (en las Azores y que compite en la Primera portuguesa).
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Años antes, en otras declaraciones sobre este asunto en el periódico La Verdad, cuando estaba en las filas del Cartagena (curiosamente, próximo rival en Liga), Mejías explicó su conversión de jugador de béisbol a futbolista. «Sólo me dedico al fútbol desde los 16 años. Antes jugada al béisbol, de tercera base, en un equipo de Venezuela. Cuando estudiaba Bachillerato en el instituto, el equipo de fútbol de mi ciudad (Carabobo) organizó unas pruebas para captar nuevos jugadores. Nos presentamos 311 niños y el corte lo pasaban los 25 mejores. Yo fui uno de ellos, y eso que sólo lo practicaba en el colegio y alguna vez que había probado el fútbol-sala», detalló.
«Continué en el fútbol porque me gustó mucho más, porque es más emotivo. Mis padres siempre me han apoyado cuando he practicado uno u otro deporte, incluso cuando les dije que quería jugar al fútbol. A mi padre le costó asimilarlo, se llevó un golpe muy duro. Yo estaba a punto de firmar por un equipo profesional en San Francisco (Estados Unidos), pero renuncié. Mi vida pudo ser totalmente diferente. Era tercera base y la verdad es que sí me gustaba, pero por mi edad tenía que irme a una academia. Allí no jugaba, solo entrenaba, y por eso yo creo que me aburrí. No competíamos», abundó Mejías.
Pero esta elección, guiada por sus sensaciones y en busca constante de su propia felicidad, le ha dado buenos frutos. Pronto el fútbol venezolano se le quedó pequeño y le llegaron ofrecimientos desde España. «Cuando le comenté a mis padres de poder venir a Europa se sintieron muy felices. Nunca pensé que podría poder jugar en un club como el Málaga. Era un sueño ser profesional en el fútbol y, gracias a Dios, lo estoy logrando», reacciona el propio Mejías, quien se define como una persona muy ambiciosa. En una entrevista reciente con este medio explicó que sus siguientes objetivos son asentarse en su selección, Venezuela, y jugar en Primera.
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Por el momento se ha convertido en titular en el Málaga, completando su primer gran año en Segunda. Al relato de esta historia se une el comentario de un amigo, Pedro Ávila Puentes, quien a través de las redes sociales reaccionó: «Yo tampoco entendí ese cambio de deporte... pero te apoyé en tu decisión. Para mi fuiste uno de los mejores peloteros con quien jugué sin duda alguna. Ahora eres uno de los mejores en lo que haces y te admiro por todo lo que has logrado. Te lo has ganado a pulso», concluyó para abrochar esta historia, desconocida hasta ahora por muchos de los aficionados que actualmente ven a Mejías en los estadios de fútbol.
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Borja Gutiérrez
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