Hicham: cuatro lesiones distintas en un año
SECRETO DE SUMARIO ·
Apenas ha jugado en los últimos doce meses. En público se achacan sus periodos de baja a la explosividad, pero internamente se habla de «problema de mentalidad» del extremoSECRETO DE SUMARIO ·
Apenas ha jugado en los últimos doce meses. En público se achacan sus periodos de baja a la explosividad, pero internamente se habla de «problema de mentalidad» del extremoHicham ha comenzado su quinta pretemporada en un año. El extremo marroquí ya trabaja en el terreno de juego con sus compañeros, pero eso no implica que vaya a estar de inmediato a disposición de Sergio Pellicer. Si después de una lesión muscular siempre es ... obligado que un futbolista adquiera el necesario ritmo de competición, en el caso del marroquí la cautela va a ser extrema porque desde que llegó la pandemia ha pasado por cuatro percances, y todos distintos. Por esa razón internamente se le insiste constantemente al futbolista en diversas cuestiones para que no surjan más contratiempos.
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La pasada temporada, más o menos por estas fechas, Hicham cayó lesionado antes del encuentro frente al Zaragoza. La valoración del entrenador, Sergio Pellicer, en la víspera de este compromiso incluyó una frase claramente dirigida al futbolista: «Tiene que haber transparencia absolutamente en todo». Entonces, el técnico avanzó que no se trataba de una baja de una semana. El parón en la Liga por el coronavirus permitió contar en la fase final por el marroquí, aunque muy lejos del nivel que le hizo irrumpir en el primer equipo. Como ya contó este periódico, la actitud del joven futbolista (o mejor dicho la mala actitud, ciertos 'aires de grandeza') llevó a Juan Ramón Muñiz, que había apostado en firme por él, a devolverlo meses después al filial. Posteriormente, Víctor lo reclutó para el último partido de Liga y la eliminatoria de ascenso.
Aquella primera lesión, el pasado marzo, fue la primera de las cuatro que ha sufrido Hicham. Se produjo en la musculatura isquiotibial de su pierna derecha y ya entonces Pellicer sugirió que el futbolista no había sido sincero con el cuerpo médico. Luego, fue regresar al trabajo tras las atípicas vacaciones de verano y se lesionó en la misma zona, pero en la otra pierna. Este nuevo contratiempo hizo que, cuando estaba a las puertas de reaparecer (a mediados de septiembre), tanto los técnicos como los miembros del cuerpo médico hablaran constantemente con él para interesarse por sus sensaciones; es decir, si se veía a tope y sin la más mínima molestia. Su respuesta fue positiva. Sin embargo, nada más salir en la recta final contra el Castellón a domicilio –en una acción que se había trabajado para ponerla en práctica en situaciones de agobio en los últimos minutos–, el extremo arrancó por la izquierda tras un cambio de orientación de Cristian y tuvo que frenarse en seco tras notar el típico chasquido. «No puede ser, no puede ser», se escuchó decir a Pellicer de pie delante del banquillo.
Si alguien conoce bien a Hicham, ese es el actual entrenador malaguista. Lo hizo debutar en los juveniles y después lo tuvo en el Atlético Malagueño. Y ese «no puede ser, no puede ser» está entroncado claramente con el «tiene que haber transparencia absolutamente en todo» de seis meses antes. Para Pellicer, esta tercera lesión –ahora en el cuádriceps– no sólo fue una contrariedad para él, sino la causa de un monumental enfado. El extremo marroquí tampoco había sido sincero esta vez.
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En público siempre se habla de que estos periodos de baja obedecen directamente a la explosividad del futbolista, pero internamente es otro cantar. Se achaca todo a un «problema de mentalidad», una expresión que engloba en realidad aspectos relativos tanto a su vida personal (hábitos y alimentación) como a la creencia del futbolista de poseer un estatus que aún no le corresponde o a la precipitación (en clara sintonía con la falta de sinceridad con técnicos y cuerpo médico) a causa de su afán por competir.
Y es precisamente este último punto el que comienza a preocupar a los técnicos. Hicham volvió a jugar unos minutos en Almería (el 13 de diciembre) y tres días más tarde tuvo que retirarse en el campo del Coruxo a los 35 minutos. En este caso, fue una lesión en el isquiotibial izquierdo (como la segunda de las cuatro) que también se achaca a fatiga muscular derivada de la propia presión que se impone el futbolista. Ahora vuelve a empezar de cero. Todos coinciden en que necesita centrarse, no acelerar su regreso, evitar que él mismo se genere presión y, sobre todo, ser muy sincero sobre sus sensaciones. El Málaga lo va a necesitar en el último tercio, pero el marroquí tampoco puede dormirse en los laureles. La próxima temporada ya no será sub-23 y, visto el panorama, su paso al primer equipo como profesional no parece garantizado.
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