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Pepe Mel llegó al Málaga con una lista larga de objetivos a cumplir para mejorar al equipo. Casi todos ellos han quedado expuestos en sus ... distintas apariciones en público (también en la entrevista con SUR hace dos semanas), pero en raras ocasiones ha individualizado. Entre esas pocas excepciones se encuentra Hervías, al que considera pieza imprescindible para una paulatina escalada que permita incluso soñar con estabilizarse en el grupo de aspirantes a los 'play-off'. Por eso, junto a la importancia del triunfo el domingo frente al Lugo, la actuación del riojano ha supuesto la primera alegría para el técnico madrileño.
A su llegada Mel desveló algunos retos que poco a poco han ido cumpliéndose. «Es con lo que tenemos que tirar hasta invierno (la plantilla). Vamos teniendo orden, portería a cero... pero nos cuesta mucho (hacer gol)», explicó en su momento. «Cuando yo llegué aquí, mi obsesión era parar la sangría en defensa. Si encajamos dos goles por partido, son números de descenso. El equipo encajó un gol en tres partidos, pero necesitamos más acierto», se lamentó tras el encuentro en casa contra el Andorra. No puede extrañar la evidente decepción del entrenador malaguista por los dos goles encajados en el tramo final contra el Lugo porque anímicamente era tan importante completar otro encuentro sin encajar un tanto como obtener un triunfo contundente.
El partido del domingo tuvo varios nombres propios. El principal fue el joven extremo marbellí Cristian (autor de un gol y una 'asistencia' en su estreno en La Rosaleda), pero de puertas adentro se da un enorme valor a la actuación de Hervías. Conviene recordar que el futbolista procedente del Valladolid fue titular frente al Villarreal B por primera vez después de 16 meses (en concreto, desde mediados de mayo de 2021). Hasta tres cirugías lo tuvieron en el ostracismo durante toda la temporada pasada. Por eso, el riojano confesó que durante el encuentro contra el filial amarillo pasó por distintas sensaciones: «Al principio estaba algo inquieto. Después de tanto tiempo tenía muchas ganas, quería hacerlo bien. Me encontré bastante bien, voy poquito a poco. Mi juego es por fuera, encarar, dar centros... Está claro que tengo que afinar los centros y mejorar». Aquella tarde Mel lo sustituyó al filo del cuarto de hora de la segunda parte en una decisión que ya estaba planificada. «Hablé con Chavarría y le dije que iba a jugar ahí, porque Hervías no iba a durar 90 minutos», confesó el técnico.
Y es que con Hervías se va con pies de plomo. Mel tiene una confianza ciega en sus virtudes –entre otras razones porque es el único extremo 'puro' en la plantilla profesional (también está el recurso de Juanfran, ya reconvertido a lateral)– y en cuanto se intuye el más mínimo riesgo se opta por la cautela. En Santander estuvo a un nivel más bajo y fue relevado al descanso. La aparición de molestias también lo ha condicionado posteriormente: fue suplente en casa contra el Andorra y jugó apenas media hora en Leganés. El técnico esperaba una cierta progresión en su nivel físico para devolverle la titularidad con el fin de que su aportación al equipo fuera real. Y acertó de pleno el domingo contra el Lugo.
Probablemente a Hervías, al que tildan de «muy autoexigente» los que lo conocen, le hubiera gustado completar el partido, pero Mel supo que en el minuto 78 había llegado el momento de relevarlo. El riojano se marchó muy aplaudido. Había mandado un balón al larguero y le habían anularan un gol por un fuera de juego previo, aunque en realidad el público premió su constante aparición en el juego. Fue más palpable en la segunda parte, cuando al fin se vio más sentido colectivo en ataque. Conectó bien con el medio punta más cercano, Febas; con el lateral de su banda, Juanfran, y con el ariete, Rubén Castro, que incluso dos veces intuyó el movimiento del riojano con sendas aperturas pese a estar de espaldas a la portería.
Afinar los centros y mejorar. Hervías comenzó a cumplir su objetivo el domingo, aunque primero desea tener continuidad para olvidar el calvario vivido. Su actuación fue la primera alegría para Mel, que ve en él a un futbolista clave que el Málaga crezca.
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