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Descubrir cómo le van a los exjugadores del Málaga tras el paso de los años es una de las secciones favoritas de la afición blanquiazul. Pero el caso de Hachim Mastour es más especial si cabe. La suya es la historia de una joven promesa ... frustrada, de un juguete roto que se hizo famoso antes que futbolista y que pasó de puntillas por el equipo malaguista marcado por ser un capricho del jeque Al-Thani, quien pensó que estaba inventando la pólvora.
Este exigió hacer lo necesario para conseguir la cesión de un chico de 17 años que jugaba en la cantera del Milan y se había hecho popular por sus malabares con el balón a través de vídeos de Youtube que se viralizaron en redes sociales, lo que le llevó a compartir pantalla en una recordada batalla de 'freestyle' con Neymar bajo el patrocinio de grandes marcas. Los grandes clubes le empezaron a seguir y la Federación de Marruecos se dio prisa para atarlo y le hizo debutar con la absoluta con sólo 16 años, 11 meses y 28 días.
Y es que al haberse criado en la ciudad italiana de Reggio Emilia ya había jugado con las inferiores de la selección italiana. Pero todo este éxito demasiado prematuro eran fuegos artificiales que lo desviaron de crecer como futbolista. Apenas disputó 5 minutos oficiales en el Málaga, por imposición de Al-Thani ya que no contaba para el entrenador Javi Gracia, y ese fue el comienzo de su declive.
Ahora, casi 9 años de su etapa en el Málaga, Hachim Mastour tiene sólo 25 años y está intentando relanzar su carrera en la Primera División de Marruecos. Ha recuperado la ilusión por el fútbol tras superar una depresión, tal y como cuenta en una entrevista concedida al periodista inglés Jack Kenmare en el medio Sportbible. «He pasado por tiempos difíciles y sufrí, pero salí más fuerte. He recuperado la sonrisa y el placer en el fútbol», expresa el que fue considerado como un niño prodigio.
Aunque firmó una cesión por dos temporadas, Hachim Mastour sólo estuvo en el Málaga un curso, y de regreso a Milan volvió a salir a préstamo al Zwolle holandés, donde tampoco prosperó. En verano de 2018 se desvinculó del conjunto rossonero y empezó a pasar por diferentes clubes, a cuál más inferior, sin pena ni gloria. Del Lamia de la Superliga griega paso al Carpi y Reggina de la cuarta categoría italiana.
«Nunca he vivido la vida de una persona normal. Es necesario tener mucha fuerza mental, dedicación y, sobre todo, el placer de trabajar duro. La fama me llegó temprano, y las expectativas y el estrés. He pasado por momentos difíciles. Estaba deprimido, salí de ella gracias a mi familia, así como a mi fuerza de voluntad y a mi fe«, explica Hachim Mastour, que la temporada pasada decidió resetear desde un equipo de la Segunda División marroquí, el Renaissance Zemamra.
Ahí empezó su renacer porque volvió a sentirse futbolista y ayudó al Renaissance Zemamra a ganar la Liga y conseguir el ascenso a la máxima división de Marruecos. Después de eso, a Hachim Mastour le fichó el Union Touarga, un equipo de la zona media alta de la clasificación de Primera. Y allí está también volviendo a disfrutar del fútbol y con la sensación de empezar de nuevo su carrera, pero ahora sin la toxicidad que se encontró cuando apenas era adolescente.
«No conozco la palabra fracasar, porque cada acontecimiento que atravesamos es parte de nuestro camino. Se fracasa cuando no se es una persona buena, que no ayuda a los demás sin esperar algo a cambio. Dios me ha dado un talento y estoy agradecido por ello. Habrá muchos más capítulos en mi vida y veremos hasta dónde llego», concluye Mastour, que sigue teniendo tirón en las redes sociales, con más de medio millón de seguidores en Instagram.
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