La 'guerra de las pintadas' se recrudece. El contraataque malaguista del club borrando las pintadas de algunos radicales ha vuelto a tener respuesta, porque ayer volvieron a aparecer mensajes críticos en la cara exterior de uno de los muros del Anexo. La semana ha sido ... muy larga en el entorno del malaguismo -el equipo jugó el domingo, pero no lo vuelve a hacer hasta el lunes, ocho días después–, y el amplio periodo de reflexión lo único que ha hecho es avivar las ascuas del malestar entre los aficionados, desazón arrastrada desde muchos meses atrás.
Publicidad
El Málaga no vence en casa desde el 21 de noviembre (2-1 a Las Palmas) y encadena catorce partidos sin ganar en Martiricos, una racha que se suma a la decepción vivida en este arranque de campeonato (cuatro derrotas en cinco jornadas), cuando la masa social se había ilusionado al fin con cotas mayores por las expectativas levantadas por alguno de los fichajes. Lógicamente, todo puede cambiar en las próximas semanas, pero muchos seguidores no tienen a día de hoy mucha fe en un giro diametral inminente.
La guerra comenzó el martes, cuando aparecieron las primeras pintadas, en este caso en el muro que da al río Guadalmedina. Aparecieron mensajes contra casi todos los estamentos del club. «Guede, si quieres al Málaga, vete ya» y «¡¡Guede, fuera ya!!» se pudieron leer contra el entrenador, en un contexto en el que muchos de los aficionados preferirían ya que se hubiera producido un cambio en el banquillo del equipo.
También hubo críticas al director deportivo, con el mensaje «Manolo Gaspar, Aliexpres», y en otro que indicaba «Manolo, líder de las ovejas negras: Bravo, Josemi y compañía», en alusión a un ayudante del técnico y al delegado de la plantilla. Pero tampoco se libraron de los duros ataques el administrador judicial («José María, de números sí!! De fútbol ni puta idea») e incluso la responsable de Protocolo, Marketing y Comunicación («Ana Vera, deja el fútbol y ponte de mojitera»). Y, fuera de la entidad, se cuestionó incluso a las instituciones , con una crítica al alcalde, Francisco de la Torre, «cómplice de un equipo en ruinas».
Publicidad
La respuesta inmediata del Málaga fue no sólo repintar de azul el muro afectado para borrar los mensajes, sino también pintar en letras de gran tamaño de color blanco «Memoria, compromiso y fe», uno de los eslóganes de la entidad y que ha aparecido en ocasiones en la propia equipación del equipo.
Pero la guerra no acabó ahí, porque, seguramente los mismos críticos con la gestión, reaccionaron con nuevos ataques. En el muro exterior del Anexo que da a un solar, perpendicular a la superficie de las primeras pintadas, apareció el mensaje «tapar vuestras vergüenzas no os hace mejores, porque no tenéis memoria, ni compromiso, ni fe». Y acto seguido, sin dejar que pasaran muchas horas del día, la entidad de Martiricos pintó la zona de azul y expuso en letras grandes «Gracias afición».
Publicidad
A estas alturas parece claro que el divorcio es patente entre el Málaga y parte de su masa social. Tras su ciclo más largo en Primera (de once temporadas), el equipo está en su quinta campaña en Segunda, superada la decepción de ceder en la fase de ascenso (en las semifinales de los 'play-off') en la primera de ellas (la 2018-19) y de ir rearmándose de forma paulatina en lo económico desde la escasez más absoluta sufrida en la campaña 2019-20. Sin embargo, la temporada anterior fue nefasta, completado un primer cuarto de ella en la que pareció que el equipo estaba en condiciones de pelear por los 'play-off' al menos. La caída libre posterior llegó a alertar incluso con la posibilidad de un descenso. Aunque el equipo no llegó a entrar nunca en la zona peligrosa, sólo un triunfo clave en Tenerife (0-2) evitó que se recrudeciera la situación, así como el mal tramo final de campaña de sus dos rivales más directos (Amorebieta y Real Sociedad B) por la permanencia.
El Málaga, inmerso también en una judicialización de la lucha por la propiedad, trató de corregir posibles errores en la planificación, con fichajes de futbolistas más veteranos y el referente de un goleador consumado, Rubén Castro, Pero a la hora de la verdad el equipo no carbura en defensa ni en ataque, lo que sumado a la ausencia de victorias que llevarse a la boca en La Rosaleda, tiene muy desencantada a la afición. Con todo, la fidelidad de los seguidores se mantiene como la cifra de abonados de este verano (cercana a 17.000, que supera en más de dos mil los registrados en el curso anterior) o en el hecho de que en la primer cita de casa de esta Liga, ante Las Palmas y un lunes por la noche, hubiera la friolera de 21.807 espectadores.
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.