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Pablo Guede está en su casa. Transmite confianza en cada frase. Seguro de sí mismo y realista en sus planteamientos. En su presentación ofrece un plan claro de trabajo, a la espera de que los resultados cambien y sean favorables. El nuevo entrenador del Málaga cumple su sueño de dirigir a uno de los equipos de sus amores y da su primer paso en busca de un cambio de rumbo de un equipo en plena dinámica negativa. «Ahora sí es el reto más importante, porque es mucho lo que genera el club. Mucha responsabilidad. Entrenar al Málaga es el reto personal más importante de mi carrera», asegura de entrada.
A sus 47 años, después de más de dos décadas, Guede mantiene intacto su cariño a los colores blanquiazules. Mostrando un necesario carisma, el que será el faro del proyecto malaguista los ocho partidos que quedan y la próxima temporada deja claro que hay que trabajar para mejorar, sin duda, pero es tajante a la hora de analizar la situación de los blanquiazules: «El entrenamiento de hoy ha sido espectacular. Brillante. Y después del resultado del viernes, que fue jodido tras un buen partido. Este equipo no está muerto. Quiere, pero tienen que acompañarle los resultados».
«Estamos a tres puntos del Sporting. Es verdad que somos el objetivo de los que están en el descenso, pero hay plantilla para mirar para arriba. Es como quieras ver el vaso, y yo prefiero verlo medio lleno. Estamos a seis del descenso, pero miro hacia arriba sin perder de vista a los de abajo. Aunque tenemos que centrarnos en nosotros mismos y sacar los partidos adelante. Sabemos que, cuanto más unidos, será más fácil», explica el técnico malaguista, que estuvo acompañado por Manolo Gaspar en la comparecencia, mientras que en la sala de prensa estaban presentes el administrador judicial, José María Muñoz, los consejeros Francisco Martín Aguilar y Ben Barek, así como distintos componentes del que será su equipo de trabajo, con el exblanquiazul Bravo a la cabeza.
La primera sesión de trabajo fue muy positiva para Guede, porque vio bien a la plantilla «La disposición hacia el trabajo fue brillante. A partir de ahí es necesario empezar a crecer día a día. Las sensaciones que tuve fueron buenísimas. Hablé con uno, con otro, y mañana seguiré haciéndolo. Hay que hablar poco y trabajar mucho en distintos aspectos. Yo no veo un equipo que esté muerto», insiste, a la vez que analiza la expectación que ha generado su contratación: «Lo veo con tranquilidad. Lo interpreto con responsabilidad. Esto es muy efímero, son resultados. Hay que sacar los puntos que necesitamos al final. Ahora todo está perfecto. Pero hay que empezar a trabajar y sacar resultados».
Tanto Manolo como Guede mostraron su agradecimiento para que se pudiera concretar la operación, mientras que el director deportivo, que tuvo palabras de elogio para Natxo González, explicó cómo se gestó la operación y cuándo se apostó por el cambio de entrenador, que fue antes del último encuentro. «Surge cuando creemos que el equipo necesita otra cosa. Teníamos una decisión tomada. Teníamos claro el paso y no dependía del resultado en Girona», subraya, a la vez que justifica la elección para el banquillo: «Pablo, porque creo que es lo que necesita el equipo. Antes se intentó y no se pudo. Ahora hemos podido. Creemos que es la solución».
El preparador argentino llega solo al equipo, sin ningún ayudante. Pero lo tiene claro: «Es mi decisión, es lo mejor para ahora. La gente de la casa está súper capacitada. Subí al 'capi' (se refiere a Bravo), que lleva sangre blanquiazul en las venas. No creí que era el momento para venir con nadie. Los conozco a todos y creo que es lo mejor. Lo saben todo para mi primera experiencia en Europa. Soy un convencido, y por eso lo hice de esta manera».
Guede también le mandó un mensaje a los aficionados. «¿Qué le puedo decir a La Rosaleda? Hay que llenar el estadio, y que sea como es. Que apoye como siempre lo hizo en los momentos más importantes. Siempre está ahí. Luego, cuando se termine sacaremos las conclusiones, pero ahora, más malaguistas que nunca. Eso es lo que a mí me gustaría. Todos, digo todos. En los malos momentos, más y mejor. Eso me ilusiona. Salir y ver 28.000 sería alucinante», indica.
Confiesa que está recibiendo muchas felicitaciones y también compara su temporada del ascenso a Segunda con las dificultades actuales para la permanencia. «Aquello era más difícil. No dependía de nosotros. Ahora sí depende plenamente de nosotros. Me gusta eso, dámelo. Se generó una cosa con el descenso... No salió la temporada como queríamos. Depende cómo uno lo quiera ver», concluye.
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