Granada-Málaga: Y en el mejor momento, el peor rival

Porque, pese a estar por detrás de varios equipos en la clasificación, el Granada asusta con sus números: 12 victorias y dos empates en sus 14 encuentros como local, cuatro triunfos y un empate en sus últimos cinco partidos, un promedio de dos goles por cada compromiso en su feudo (lleva 28) y sólo dos tantos recibidos, un plantel con el 'pichichi' de Segunda (Uzuni, con 17 dianas) y con un 'pasador' de lujo (Callejón, con diez 'asistencias'), confianza ilimitada desde el aterrizaje de Paco López en el banquillo (26 puntos en 13 jornadas)... Frente a ello, ya se sabe, siempre se puede recurrir a uno de los tópicos más empleados en el fútbol, ese de «las estadísticas están para romperlas». Y el Málaga llega a esta cita precisamente después de su resultado más esperanzador, del triunfo más contundente, ese 3-0 al Zaragoza que permite de momento mantener la ilusión de una remontada.

El Granada es mucho más que los citados Uzuni y Callejón. Ha encontrado un once tipo, reforzado con la llegada del centrocampista Pol Lozano y del delantero israelí Weissman, aquel que con un doblete con el Valladolid frustró un debut feliz de Pablo Guede en el banquillo blanquiazul. Si a ello se añade la presencia del siempre escurridizo Melendo, es obvio que el Málaga deberá mostrarse esta noche sin la más mínima fisura. Basta recordar el enfrentamiento en La Rosaleda, con aquella primera parte en la que el cúmulo de desajustes permitió media docena de clarísimas oportunidades rojiblancas.

Esta vez es imperativo evitar pasillos entre los centrales y los laterales, por no hablar de esa tendencia a emplear el pase atrás que costó el gol de Stoichkov en Eibar y que pudo suponer un daño irreparable hace una semana en la acción de Giuliano poco antes del descanso, con 0-0 en el marcador. Frente a ese Granada, definido por Pellicer como «un toro complicado» y con una imponente aceleración en las transiciones (hacia atrás y hacia adelante), el Málaga comparece con la moral reforzada pero de nuevo con la presión de jugar el último y de verse otra vez obligado a no fallar por los ocho puntos de desventaja respecto a la permanencia.

El Málaga cuenta con dos bazas ofensivas plenas de confianza, Rubén Castro y Lago Junior, aunque está por ver si Pellicer no decide reservar al grancanario para la segunda mitad (con Fran Sol en la primera en tarea de desgaste a los centrales). Desde luego, tanto en el amistoso de pretemporada en Los Cármenes como en el precedente de La Rosaleda, el conjunto blanquiazul fue muy superior tras el descanso.

Igual que el pasado lunes contra el Zaragoza. El rival va a exigir mucho para no llegar al intermedio por debajo en el marcador y además se requerirá que en ataque aparezcan otros futbolistas para acompañar al flamante máximo goleador español de la historia de la Liga y al extremo. En fútbol nada es imposible, y en la Segunda División, mucho más. Pero el Málaga deberá firmar un partido muy completo para confirmar su reacción, sorprender a un Granada intratable en su campo y hacer valer que las estadísticas están para romperlas.