El abogado Pedro González Segura, detenido este miércoles en la operación policial contra la Federación Española de Fútbol, también pasó por el Málaga, aunque apenas unos meses. Llegó con mucha fuerza, con mando en plaza, a finales de 2015, pero su poder fue a menos ... con el paso del tiempo y acabó desapareciendo, junto a sus colaboradores. Se incorporó como asesor del club y de los Al-Thani, pero sus planes se vieron truncados muy pronto.
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Su aparición y la del resto de abogados granadinos se percibió como un cambio profundo en el Málaga. El primero en salir fue el director general de entonces, Vicente Casado, y poco después el segundo ejecutivo, Manuel Novo, entre otros movimientos. Con Moayad Shatat también fuera tras dimitir meses antes, eran los Al-Thani los que se hacían cargo de la gestión a través de González Segura.
Fue una aventura efímera del letrado, que pretendía convertirse lo antes posible en director general, pero su progresión se complicaba internamente cada día. Junto a él se incorporó la 'tuitera' Belén Álvarez, que fue contratada por el jeque como representante institucional del club. Llegaron a la vez, pero ambos se fueron diluyendo de una forma progresiva y rápida, sin apenas aparecer ni mandar ninguno de los dos pocos meses después de incorporarse.
En realidad, se conoce el momento en que González Segura apareció en el Málaga (los últimos días de noviembre de 2015), pero no se puede concretar cuándo se marchó, el momento en el que definitivamente dejó cualquier tipo de participación en la entidad de Martiricos, pues fue desapareciendo poco a poco sin que nadie lo anunciara en ningún instante. En mayo de 2016, y seguramente antes, se daba ya por hecho en el club que ya no existía esta figura del asesor granadino en la entidad.
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Cabe recordar que la primera aparición de González Segura en Málaga fue en una rueda de prensa en la que arremetió con gran dureza contra Vicente Casado, despedido por los propietarios horas antes, con fuertes acusaciones y amenazas de investigaciones posteriores para depurar responsabilidades de los que estaban dirigiendo en aquel momento el club de Martiricos. La puesta en escena fue espectacular, con el abogado y varios compañeros suyos en la sala de prensa de La Rosaleda.
Este abogado, que fue árbitro con anterioridad, anduvo después siempre muy cercano al mundo del fútbol. Ya fuese en el Granada, el equipo de su ciudad, o posteriormente, de la mano de su paisano Luis Rubiales, en la Federación Española, donde también se había convertido en un hombre fuerte.
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