El Gimnástic, en manos del cuarto entrenador más joven de las tres primeras categorías

Ahora el tarrconense pelea por hitos más destacados que todos los nombres referidos, un ascenso a Segunda. Su equipo está a un paso, y él representa a una hornada de entrenadores que apenas han jugado al fútbol en edad sénior a un nivel destacado y crecidos en el laboratorio actual en que se ha convertido este deporte, gracias al 'scouting' y las aplicaciones informáticas que proliferan para el análisis al detalle de cada plantilla.

Para Vidal, que este sábado (20-30 horas) no se sentará por sanción en el banquillo de La Rosaleda (por una pérdida de tiempo con el balón en el partido de vuelta ante el Ceuta), el 'Nàstic' es el club de su vida. Pocos pueden sentir los colores como él. Con 8 años entró como portero del benjamín. Su carrera no fue tan allá como sus hermanos Gabriel (que llegó a debutar con el primer equipo en una Copa Cataluña), Iván y Lucas. Así, a los 18 le puso punto y final a defender la portería en el juvenil B.

Entonces pasó a entrenar en la cantera, se sacó el título correspondiente y se licenció en Derecho. Dirigió al Cadete A en la conquista del prestigioso torneo MIC, y en la campaña 2018-19 ya dirigió al juvenil de División de Honor, y luego llegó a Tercera División con el Pobla Mafumet (el filial grana), al que llevó desde una posición apurada a estar cerca de los 'play-off'.

Ya ayudaba entonces al entrenador del primer equipo, Toni Seligrat, y luego fue segundo de Raúl Agné, encargándose sobre todo de las acciones de estrategia, hasta ser el elegido para el banquillo al ser destituido este a once partidos del fin de la temporada 2022-23. Antes ya lo había suplido en plena pandemia por sanciones o positivos por Covid-19 de Agné.

¿Y cuál es el estilo que propugna Vidal? Le gustan los ataques rápidos y un equipo intenso y agresivo desde el primer minuto. Aunque su equipo actúa con un 4-4-2, no se siente esclavo de los sistemas, sino más de una identidad de juego, y otra de sus obsesiones es que su equipo domine las áreas. Al menos la defensiva, lo ha conseguido, con sólo 24 goles recibidos en las 38 jornadas de fase regular, el que menos de toda la Primera RFEF.

«Quiero un equipo trabajador, sólido, solidario, vertical. El objetivo es marcar goles y si puedo hacerlo con tres pases no voy a dar cinco», ha declarado en una síntesis bien clara de su filosofía. En ataque propugna también «un equipo versátil, que sea capaz de interpretar cómo se está moviendo al rival, cómo se organiza, qué espacios deja para atacar y dentro de nuestra idea, que los jugadores sean dinámicos y se sientan cómodos».

Cara a estos 'play-off' contra el Málaga, resuena también esta otra reflexión suya: «Independientemente de cómo juegues, si tienes un equipo ordenado, sacrificado y con capacidad de repetir esfuerzos a altas intensidades, serás un equipo muy difícil de ganar. Te conviertes en un equipo pesado, contra los que no gusta jugar...».