El Gil Vicente echa el freno de mano con el malaguista Kevin

Prácticamente con la permanencia amarrada un año más, el Gil Vicente parece haber echado el freno de mano con el canterano, porque hay una opción de compra obligada del extremo si juega 20 partidos de al menos 45 minutos. De momento lleva sólo trece y quedan únicamente nueve en la Liga, con lo que se antoja muy complicado, máxime cuando desde el 8 de enero (en la derrota en el campo del Boavista por 1-0) no disputa un encuentro con este requisito.

Después sólo ha intervenido cuatro veces más, todas en la Liga, con apariciones muy breves: seis minutos ante el Paços Ferreira, 22 contra el Arouca, uno frente al Oporto y diez en el duelo con el Rio Ave.

En total, ha jugado un total de 942 minutos con la camiseta roja del cuadro luso, que se reparten así: 597 en la Liga (el equivalente a apenas seis partidos completos y mitad de otro), 26 en la Copa de Portugal y 171 en las rondas previas de la Conference League, más 148 en la Copa de la Liga.

Además, sólo lleva un gol, por ninguna asistencia, el marcado ante el Riga letón allá por el 11 de agosto, en la vuelta de la tercera ronda clasificatoria de la Conference League, muy al comienzo del curso. Desde entonces se ha declinado claramente su importancia en el equipo, de una forma paralela a lo sucedido la campaña anterior en el Málaga, en su aparición fulgurante en la primera plantilla.

De hecho, desde el 31 de octubre de 2021 sólo participó con la camsieta blanquiazul en cuatro partidos jugando más de 45 minutos. Nada que ver con sus primeros encuentros, en los que tuvo cierto protagonismo en el ataque, aunque sólo protagonizara una asistencia de gol, sin tantos, la ofrecida en la victoria ante el Girona (2-0) en la quinta jornada.

El Gil Vicente cedió en las finales de la fase de clasificación de la Conference League, ante el potente AZ Alkmaar neerlandés, y luego también cayó pronto en la Copa y la Copa de la Liga, de manera que la temporada está prácticamente cerrada, con trece puntos de colchón sobre la zona de descenso en la Liga a nueve jornadas del final, aun con una discreta decimotercera posición clasificatoria.

Ahora el Málaga deberá decidir qué hacer con Kevin si, como parece, estará de regreso en unos meses, pues su concurso en una categoría inferior como la Primera RFEF puede ser más relevante, si es que no cuenta con propuestas de más entidad de otros clubes. El escaso éxito de Kevin se suma al de otros jugadores que también salieron la pasada campaña del equipo, como Antoñín (apenas supera los 800 minutos entre el Vitoria Guimaraes luso y el Anorthosis chipriota, donde ha logrado al menos cuatro goles), Sekou (744 minutos en el racing, con dos goles en sólo 14 partidos) y Brandon (suplente en el PAOK de Salónica, con 627 minutos ligueros, con cuatro goles).

Las excepciones pueden ser Paulino, lesionado desde enero, pero que sí estaba participando con regularidad con el Pachuca, y Víctor Gómez, de menos a más en el Sporting de Braga (donde acumula más de 2.000 minutos y cinco asistencias entre todos los torneos), el conjunto de más nivel deportivo de todos los mencionados y tercer clasificado en la Liga portuguesa.

Además de Kevin el Málaga ha de decidir acerca del destino de otros cedidos, como Larrubia y Dani Lorenzo, ambos en el Mérida en Primera RFEF o el atacante Roberto, en la misma categoría en el Barcelona B, que pelea por jugar la fase de ascenso a Segunda, aunque no suele ser titular los últimos meses.

Distinto es el caso de otro malagueño ya fuera de la órbita del club de La Rosaleda, Iván Jaime, al que no le van las cosas en otro club de Portugal, el Famalicao, con seis goles y dos asistencias en 15 partidos en la Liga. Si saliera traspasado, y empieza a haber rumores del interés de clubes superiores, dejaría al Málaga en torno a un 3,5 por ciento del montante por el mecanismo de solidaridad de la FIFA.