Genaro vuelve a la casilla de salida gracias a N'Diaye

Con Genaro y N'Diaye se produce un volver a empezar, algo así como retornar a la casilla de salida. Porque a día de hoy una de las prioridades para el cuerpo técnico –en realidad ese es el panorama desde hace semanas– pasa por recuperar al internacional senegalés para que dé su mejor versión, esa que ya parece olvidada. Su sustitución en el descanso del partido del pasado lunes frente al Zaragoza fue demasiado elocuente.

En el bosquejo de la plantilla que hizo Pablo Guede allá por el mes de junio el Málaga partía con dos medios defensivos. «Escassi y Genaro tendrán que pegarse por un puesto», recalcó el hispanoargentino en un desayuno informal con los periodistas poco antes de que comenzara el trabajo de la plantilla (ya estaban en marcha los meritorios del filial). Sin embargo, las dudas fueron en aumento conforme avanzaba la pretemporada hasta que se multiplicaron a raíz de los dos últimos amistosos.

¿Hasta qué punto se trataba de una cuestión individual? Es cierto que ni Genaro ni Escassi comenzaron bien la pretemporada, pero el sistema elegido por Guede también conllevó numerosas deficiencias. Sin ir más lejos, en aquel amistoso en el Nuevo Los Cármenes el técnico hispanoargentino mantuvo su empeño en no utilizar extremos y optó por un rombo en la medular con Genaro como 'pivote', Jozabed y Febas como interiores y Ramón en el vértice más adelantado, por detrás de los dos puntas, Fran Sol y Rubén Castro. No tardó mucho en variar el plan para situar a Ramón más cerca del sevillano con el fin de mejorar en la salida de la pelota (Febas pasó a jugar más adelantado).

Genaro jugó en Granada el partido completo, pero con el comienzo de la Liga fue muy patente que algo fallaba, y no exclusivamente por culpa de él o de Escassi. De hecho, en Burgos fue titular Escassi mientras que Genaro se quedó en el banquillo; a la semana siguiente, en casa contra Las Palmas, Genaro fue el elegido y su compañero no jugó un solo minuto, y en el siguiente compromiso, en la visita al Mirandés, Guede reculó y optó por blindar la medular con la pareja Escassi-Genaro.

N'Diaye ya estuvo disponible para la cuarta jornada, pero su estado físico era muy precario –una situación que seis meses y pico más tarde no ha cambiado– y en La Rosaleda contra el Albacete el entrenador mantuvo la fórmula Escassi-Genaro. No obstante, el equipo estaba tan desorientado tácticamente, con las líneas tan distanciadas a lo largo y a lo ancho, que el desastre fue mayúsculo. En el descanso entró en liza el senegalés, que se limitó a mantenerse entre los centrales para mantener la posesión de la pelota y que evidenció cierta lentitud.

Lo que entonces, al comienzo de septiembre, se antojaba una lógica rémora física por su inactividad y por su presencia durante varios años en una liga menor (en Arabia Saudí) se ha convertido toda la temporada –la primera de las dos que tiene firmadas con el Málaga– en una constante. Ni siquiera la llegada de un entrenador que lo conoce a la perfección como Pepe Mel (ambos coincidieron en el Betis) sirvió para sacarle partido a un futbolista que estaba llamado a ser un factor diferencial en el Málaga y también en Segunda División. Y así han pasado las semanas y las jornadas sin ver esa versión del futbolista llamado a dotar de equilibrio plagado de dudas.

Casi siete meses después el Málaga vuelve a Granada y en principio Genaro lo hará como titular en una posición para la que estaba muy cuestionado tras aquel amistoso de pretemporada. Ahora quien se encuentra en esa difícil tesitura es precisamente el futbolista fichado para que fuera su recambio. Vuelta a la casilla de salida.