Ganar, ganar y ganar

Ganar, ganar y ganar. Esa es la única prioridad para este Málaga. Sin contar con los rivales, sin jugar con el calendario y, por supuesto, sin pensar que en Tenerife pueda valer un empate si dos días antes el filial donostiarra no vence al Almería. Esa mentalidad de que punto a punto iba a alcanzarse la permanencia (Natxo González fue un clon de Novoa) ha sido letal en una plantilla ya de por sí tan justa de personalidad, ambición y pegada.

Al cuerpo técnico le toca ahora manejar esta situación con normalidad, sin meter más presión. De eso saben bastante Guede y Bravo -sobre todo, el segundo- después de aquella mañana tan 'intensa' en el hotel de Talavera en la liguilla de ascenso a Segunda. El equipo salió entonces con exceso de revoluciones, fuera de sí, y el paleño acabó expulsado. Las declaraciones del técnico el sábado, con mucha zanahoria y poco palo, reflejan que ese va a ser el camino esta semana. Su experiencia en momentos de exigencia y enorme responsabilidad en Argentina, Chile o México también puede ser crucial.

Eso sí, mentalidad al margen, parecen lógicas las dudas después de que el Málaga sólo haya ganado tres partidos de 22 con tres entrenadores distintos y frente a rivales de más o menos empaque. Guede debe acertar en sus decisiones técnico-tácticas, saber conducir el grupo en esta situación y sacar de él su versión más ambiciosa. Pero es la hora de los jugadores. Y a ellos hay que exigirles ganar, ganar y ganar. Sin fijarse en los rivales, sin miedos y, por supuesto, sin especular.