![Galilea, en el centro, celebra el gol del triunfo en La Rosaleda.](https://s1.ppllstatics.com/diariosur/www/multimedia/2023/09/03/CELEBRA-RYERjTlaEXXlsNE7mtl5u9N-1200x840@Diario%20Sur.jpg)
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Cuando parecía que el empate era la opción más probable en el largo descuento de La Rosaleda, Galilea rescató a un Málaga atascado para llevar la locura a la afición y certificar el primer triunfo del equipo blanquiazul en esta nueva temporada, en la tercera ... categoría. Con gran sufrimiento y trabajo se deshizo de un Atlético B en un partido que dominó, en el que comenzó bien, pero fue perdiendo fuelle a medida que avanzaba. La victoria le permite resarcirse tras la derrota en Castellón, si bien sigue aportando dudas defensivas, lo que le hace vulnerable en ciertas acciones de los partidos.
Para el Málaga era crucial conseguir su primer triunfo para encontrar una cierta tranquilidad que le aporte confianza para encontrar su rumbo adecuado en Primera RFEF. Y el mejor momento para conseguirlo, aunque fuese 'in extremis' y sin mostrar grandes virtudes, era en su estadio, ante su gente, que mantuvo el apoyo de principio a fin, sin decaer en ningún momento. El equipo deberá ahora seguir avanzando en busca de una estabilidad que lo consolide en primera instancia y luego le permita luchar por su único objetivo, el ascenso.
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Pellicer hizo casi una revolución tras la derrota de Castellón (ordenó cuatro cambios destacados). Apostó de entrada por un once muy ofensivo y con más jugadores procedentes de la cantera. El técnico quiso controlar el juego desde el comienzo, con una fórmula de ataque, con dos delanteros, algo novedoso en los últimos partidos, incluidos los de pretemporada. Con un 4-4-2 el Málaga quiso intimidar a los jóvenes atléticos, y lo consiguió inicialmente gracias al control absoluto del centro del campo y la llegada de oportunidades, las dos primeras por medio de Genaro, que remató alto de cabeza, y Dioni, que estuvo muy cerca de abrir el marcador ante el entusiasmo de un público entregado y que volvió masivamente a La Rosaleda.
Málaga: Alfonso; Gabilondo, Nelson Monte, Galilea, Víctor García (Dani Sánchez, minuto 90); Genaro (Sangalli, minuto 75), Larrubia (Antoñito, minuto 90), Dani Lorenzo; Kevin (Juan Hernández, minuto 62), Roberto (Loren, minuto 75) y Dioni. Otros convocados: Carlos López, Bilal, Juande, Murillo, Jesús, Rafa e Izan Merino.
Atlético de Madrid B: turbe, Marcos, Kostis, Joel Arumi, Boñar (Maroto, minuto 85), N'Diaye, Mestanza (Nabil, minuto 61), Gismera, Diego Bri (Puga, minuto 85), Calatraba (Da Costa, minuto 61) y Abde (Niño, minuto 70). Otros convocados: Gomis, Mariano, El Jebari, Martínez y Pablo Pérez.
Goles: 1-0, minuto 9: Larrubia recupera el balón, avanza y lo pasa para que Roberto adelante a su equipo ante una afición volcada. 1-1, minuto 33: Desajuste defensivo que permite a Diego Bri empatar tras un rechace de Herrero. 2-1, minuto 94: Galilea remató desde lejos de cabeza y el balón entró en la meta contraria ante júbilo de unos aficionados muy necesidades de alegrías, sobre todo después e inexplicable descenso de hace unos meses.
Árbitro: Campos Salinas (murciano). Expulsó a N'Diaye por doble amonestación (minuto 80). Vieron la tarjeta amarilla a Víctor García, Calatraba, Dani Lorenzo y Loren.
Campo: La Rosaleda. 18.885 espectadores acudieron al estadio de Martiricos en el estreno del equipo en Primera Federación.
Al equipo blanquiazul sólo le faltaba el gol, y no se hizo esperar para completar un arranque de partido esperanzador. Larrubia recuperó el balón con profundidad y verticalidad, avanzando hasta que vio la opción de pasarlo a Roberto, que no desaprovechó la oportunidad para, en una posición ideal, batir a Iturbe y desatar la locura en La Rosaleda. La afición necesitaba una reacción del equipo de este nivel para empezar a pasar página tras superar unos de los momentos más tristes de la historia de la entidad.
La habilidad de los componentes del centro del campo blanquiazul, plagado de jóvenes creativos, permitía al Málaga controlar el balón con cierta tranquilidad. Lo que más preocupaba, sin embargo, era la respuesta de la defensa local, pues había sido superada con cierta facilidad en una acción de ataque con un lanzamiento largo que los dejó desubicados y sin capacidad de reacción. El lanzamiento inocente del atacante atlético, en cualquier caso, permitió que todo siguiera igual.
El paso de los minutos apenas variaba el panorama, con un Málaga ahora menos profundo, y un filial rojiblanco que incomodaba en acciones aisladas, sin continuidad ni oportunidades destacadas. Hasta que la defensa local se volvió otra vez vulnerable en otro pase en profundidad, lo que permitió una segunda ocasión clara a la que respondió bien Herrero, pero el rechace fue a Diego Bri, uno de los destacados de su equipo, que superó al meta blanquiazul y estableció la igualada. Fue un mazazo para el público, que pensaba que el gran comienzo de los suyos iba a tener continuidad. Aunque el apoyo se mantuvo al mismo nivel.
El equipo de Pellicer iba a menos ante un rival cada vez más cómodo, ya sin complejos. La reanudación llegó con cierto equilibrio, con un control del juego por parte malaguista poco fructífero, con mínimas llegadas. Hasta el ecuador del segundo periodo no apareció una buena oportunidad en disparo de Dani Lorenzo y posterior rebote de Roberto. La fluidez blanquiazul había mermado de una forma preocupante ante un final de partido en el que necesitaba buscar el triunfo a toda costa. Y todo ello con la amenaza constante de un rival que podía desequilibrar en cualquier momento al contragolpe (Niño tuvo una ocasión).
El Atlético B se quedó con diez por la doble tarjeta a N'Diaye, lo que intensificó el dominio malaguista al final del choque. Las oportunidades llegaban a cuentagotas, pero la posesión era ya casi total de los blanquiazules, que buscaban también a balón parado el segundo tanto. La presión y el trabajo local apenas permitía profundizar y disponer de oportunidades. A la desesperada, insistían hasta que Galilea cabeceó para conseguir el gol de la victoria en un remate de cabeza alejado, pero eficaz y definitivo (el portero no estuvo afortunado). La explosión de alegría de la afición volvió a ser espectacular en esos últimos instantes del encuentro. Al final llegó el deseado triunfo en el momento más oportuno.
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