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El Ayuntamiento de Málaga, como prometió Francisco de la Torre, acaba de poner en marcha un concurso para un profundo estudio que pretende identificar el potencial del futuro estadio La Rosaleda en todas sus vertientes. El objetivo de este trabajo, cuyo pliego de condiciones se ... ha hecho público a través de Promálaga, se centra en disponer de información precisa sobre las posibilidades de la nueva instalación para atraer de esta manera a inversores privados que puedan colaborar financieramente con las instituciones, que son las propietarias del campo de fútbol, en el desarrollo de un proyecto muy ambicioso y que tiene en mente convertirse en sede para el Mundial 2030, que se celebrará entre España, Portugal y Marruecos.
El estadio malagueño está bien colocado para que finalmente sea elegido para albergar partidos de la fase de grupos de este primer acontecimiento futbolístico mundial. Las instituciones presentaron esta candidatura y se comprometieron a poner en marcha el proyecto presentado hace ya algunos meses, incluso, sin que La Rosaleda fuese elegida como sede. Pero en este largo proceso que deberá concluir antes de que finalice este mes de julio, se han observado diversas posibilidades que permiten pensar en una mejora considerable del proyecto, lo que lógicamente lo encarecería de una forma sustancial.
De ahí que las instituciones, para ahorrarse el máximo dinero público posible, están buscando alternativas y, a la vez, mejoras en el futurista proyecto de Martiricos, pues también intentan reactivar el entorno del campo. El trámite elegido para el concurso de este estudio es el urgente, pues se pretende que esté disponible pronto, para antes del final del año. «El presente pliego tiene como objeto definir las prescripciones técnicas para la contratación de un estudio del potencial de desarrollo del futuro estadio La Rosaleda e instalaciones complementarias, y la propuesta y cuantificación de distintas alternativas para su explotación venidera (deportes, ocio y espectáculos, eventos y similares)», asegura el escrito como resumen de sus objetivos.
Asimismo, hace una distinción fundamental entre las dos opciones que se plantean las instituciones para acometer las obras de La Rosaleda, como sería una denominada 'modelo Base' y otra, 'modelo Arena'. El primero contempla «la ampliación del estadio de fútbol hasta unos 45.000 espectadores, con aparcamiento, urbanización del entorno y otras infraestructuras de acceso y evacuación. Es un modelo de estadio de gama alta, que debe cumplir los máximos estándares de la FIFA para un estadio de esta capacidad», afirma el pliego.
La segunda opción, la 'Arena', sería la más ambiciosa y contemplaría el techado del estadio. Deberá posibilitar, «además de los usos puramente futbolísticos y deportivos del modelo 'Base', otros usos distintos al futbolístico (conciertos, eventos, convenciones…), y que podría llegar a disponer de un sistema de césped deslizante y cubierta retráctil, entre otras prestaciones más avanzadas. Este modelo implica elevar el coste de la inversión significativamente, pero puede resultar más interesante para operadores privados que el modelo anterior, habida cuenta de su mayor potencialidad de uso los 365 días del año. Este modelo superaría los requisitos de la FIFA», explica.
Estas dos alternativas marcan ahora el margen de decisión de las instituciones, centrado todo en ámbito económico. El coste del proyecto inicial estaba situado en unos 130 millones, pero el encarecimiento de las materias primas elevaron muy considerablemente esta cifra hasta los 200, si bien puede ser mucho más importante si se incluyen los elementos enumerados con anterioridad. Pero, como dice el escrito, la opción más cara puede ser la más atractiva para disponer de financiación privada. Las zonas de ocio, comerciales y hoteleras que se crearán permitirán que lleguen ingresos extrafutbolísticos que pueden sustentar en un punto estratégico de la Costa del Sol el plan más ambicioso.
El estudio que se solicita, cuyo presupuesto puede alcanzar los 330.000 euros, pretende «identificar y cuantificar» los potenciales usos y resultados económicos de la explotación del recinto para usos deportivos, eventos, espectáculos, ocio, convenciones… Asimismo, busca la «viabilidad de los modelos del estadio», así como la gestión de estos.
Este trabajo solicitado será mucho más profundo, pues tendrá también una segunda fase, que consistirá en la «identificación de posibles inversores, operadores y/o explotadores privados en el ámbito nacional e internacional, con análisis preliminar y adecuada justificación del posible interés o ausencia justificada del mismo que manifiesten», destaca. Todo ello llevaría a unos esperados resultados que concluirían con el «diseño de una hoja de ruta» para el «proceso de selección de posibles agentes y socios privados» y también «la gestión inicial del proyecto».
El estudio solicitado llega muy lejos y, con toda probabilidad, marcará la decisión final de las instituciones sobre el modelo que finalmente elegirán para poner en marcha un proyecto que, en cualquiera de los casos, será ambicioso. La apertura de este concurso urgente tendrá de plazo hasta el 29 de julio, contemplando la adjudicación para finales de agosto y dieciséis semanas como periodo para la ejecución. Este trabajo, asimismo, deberá tener en cuenta, algo que se da por sabido, pues cualquier iniciativa deberá tener en cuenta que La Rosaleda cuenta con un inquilino fijo, que es el Málaga, y que tendrá unas necesidades futbolísticas imprescindibles durante toda la temporada...
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