Un gol en el 96. No puede ser. Pensábamos muchos que Tarragona fue el antídoto de la mala suerte, pero no; algún gafe hay por ahí metido, está claro. No es normal. Necesitábamos ganar. Merecimos ganar, pero no.

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Tres puntos de 15 posibles no es ... un buen bagaje. Tanto que hemos pasado de mirar hacia arriba para hacerlo hacia abajo. Mala cosa porque nos coloca cerca del precipicio del que tanto cuesta salir si entramos en el mismo. Venía el Almería, sin duda la mejor plantilla de la categoría, con un Luis Suárez que vale lo que medio equipo rival, sea cual sea, y que puede que en este mes dispute los últimos partidos con su equipo porque es deseo de no pocos equipos de superior categoría, y era complicado. La complicación, además, venía de la mano de los dos malos partidos que en el tramo final de ambos realizara el Málaga en tierras levantinas, con 6 goles en contra y sólo 2 a favor. Mala cosa empezar con las apreturas, pero por culpa de las últimas visitas a Valencia y Castellón, no por no ganarle al Almería, que entraba, normal, dentro de lo previsible.

Pese a que el empate no es un mal resultado vistas las diferencias entre plantillas y que el gol visitante llegó en el suspiro final, el cabreo es aún mayor. El partido lo encaró el Málaga con dudas. Como si los jugadores se hubieran contagiado de las mismas dudas que han sembrado en sus comparecencias públicas para explicar el caso Horta los dirigentes eventuales del club, porque con todos mis respetos, todas esas cosas, esas extrañas operaciones, no crean un buen ambiente, para nada, y eso, se quiera o no, condiciona todo y a todos. Las dudas dentro y fuera de los terrenos de juegos no eran aliadas para los de Pellicer, que al final no lograron la victoria, pero al menos no perdieron. En fin, que el Málaga aún no tiene encendido los sistemas de alarma, pero que cada día está más claro que hay que hacer fichajes (y no sólo uno) en este mercado de invierno; no digo eso de contratar a un Luis Suárez, pero no se puede hablar de superávit, de millones de Horta (incógnita) y demás sin reforzar como merecemos una plantilla para un equipo que representa a una gran ciudad y a una gran provincia.

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