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Hace un mes que la FIFA dictó sentencia e instó al Al Shabab de Arabia Saudí a resolver su deuda con el Villarreal por el fichaje de N'Diaye en el verano de 2019. El Málaga es protagonista de este caso y lo sigue atentamente ... porque de él depende que pueda recibir los cuatro millones de euros que aún le adeudan desde el Villarreal por el traspaso de Ontiveros.
Como ya es conocido, este pago, según acordaron en su momento el conjunto blanquiazul y el amarillo, está vinculado a la solvencia del conjunto saudí por N'Diaye, una condición extrema fruto de la necesidad que tenía el Málaga en aquel momento por deshacerse de la obligación de asumir el pago de una cláusula de compra obligatoria por el jugador que ascendía a los seis millones de euros.
Era un aspecto imposible para un Málaga en crisis y con riesgo de desaparecer por insolvencia (de hecho, estuvo sancionado por incumplir las normas económicas de LaLiga). Fue una salida de la situación a la desesperada y que ahora se mantiene como un inconveniente para el club blanquiazul, limitado a la hora de contar con unos ingresos que le permitirían doblar sus recursos para mejorar su plantilla en futuros mercados de fichajes.
De ahí que el Málaga y sus actuales gestores se movilizasen y elevaran este conflicto ante la FIFA, la cual a principios de octubre se dirigió al Al Shabab para ordenarle cumplir con sus compromisos económicos. Pasado un mes, el pago sigue sin efectuarse y el siguiente paso desde la FIFA es la amenaza de una dura sanción contra el Al Shabab, con la que desde el Málaga confían que haya una reacción por parte de los saudíes.
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La sanción consiste en una inhabilitación para acometer fichajes e inscribir nuevos jugadores en el plazo de los próximos tres años, una dura medida que condiciona la planificación deportiva de cualquier club, por más que ya posea una plantilla suficiente. Al conjunto donde actualmente compite N'Diaye y también milita el exjugador del Valencia y Sevilla Banega le queda apenas una semana (le dieron de plazo para reaccionar 45 días) para incumplir la orden del organismo internacional, por lo que en los próximos días se esperan novedades sobre el caso.
El seguimiento de esta situación por parte del club malaguista es máximo porque, mientras pasan los días y no hay respuesta desde Arabia Saudí, crece la incertidumbre sobre cómo y cuándo podrán disponer de unos cuatro millones que servirían para doblar la partida para fichajes. Al tratarse de un ingreso relacionado directamente con una operación de traspaso, el mecanismo de regulación económica de LaLiga permite que se incorpore casi de forma íntegra al presupuesto para la plantilla.
De ahí que la importancia que se le da a este asunto es de máximo nivel en las oficinas de La Rosaleda, donde se trabaja ya con miras a reforzar la plantilla en el próximo mercado de fichajes de invierno. Al contrario que en la reclamación por la salida de Jony al Lazio –donde se estudia aún en la FIFA un supuesto incumplimiento de contrato–, el caso de Ontiveros sí está considerado como un ingreso seguro, aunque sigue sin existir fecha para recibirlo tras el acuerdo a tres bandas que afectaba al extremo malagueño y a N'Diaye.
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