La notable temporada de Cristian en el Málaga no ha pasado desapercibida y Osasuna ha mostrado interés por su fichaje, según pudo conocer SUR. El conjunto navarro incluso ha dado un primer paso contactando con el club blanquiazul para transmitirle una oferta inicial a la ... baja que desde La Rosaleda no contemplan. La entidad malaguista se abre a negociar, pero sobre la base de que su cláusula de salida es de tres millones de euros, lejos de los aproximadamente 400.000 euros que ha empezado proponiendo el equipo de Pamplona.
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A la espera de una contraoferta de Osasuna, que está pendiente de ver si se clasifica para la Conference League en la última jornada de Liga (depende de sí mismo), la operación de traspaso podría salir adelante si se alcanza una cifra más aproximada a la cláusula del futbolista marbellí, que ha sido el jugador revelación del conjunto blanquiazul a pesar de la infausta temporada, manchada por el descenso a Primera RFEF. Después de este primer contacto, no se descarta que puedan llegar más clubes interesados en el extremo o lateral zurdo, que se postula como una potencial fuente de ingresos para un Málaga que afronta una drástica reducción de su presupuesto, en torno a diez millones, al abandonar el fútbol profesional.
Aún así la situación económica del Málaga no es de extrema necesidad y el club tampoco está por la labor de malvender, tal y como se lo ha expresado a los representantes osasunistas, que han visto en Cristian el perfil que buscan para renovar su carril izquierdo. Tienen previsto que tanto el lateral Manu Sánchez como el extremo Abde se marchen al final de curso y están en busca de un carrilero con profundidad, justo lo que ha demostrado ser Cristian en el Málaga, sobre todo en el último tercio de campaña, cuando se cambió el sistema de juego preferente en el equipo blanquiazul para apostar por dos laterales abiertos y defensa de tres centrales.
En este contexto ha sorprendido Cristian por su capacidad de sacrificarse en defensa a la vez que no pierde ritmo en ataque. Un tipo de jugador de ida y vuelta, como los que Osasuna ha puesto en el radar en los últimos años (ahí están los ejemplos de Clerc, Kike Barja o Rubén Peña). Que cumple atrás a pesar de haber desarrollado su incipiente carrera como extremo, y que luego también puede rendir en ataque gracias a su desborde y velocidad para generar constantes centros al área y llegadas desde línea de fondo. Así se ha destapado durante este último año el malagueño, que el verano pasado estaba sin equipo, sin representante y sin una perspectiva clara sobre su carrera.
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Y es que su irrupción ha sido de película. Una especie de sueño americano que de vez en cuando ofrece el mundo del fútbol, el cual no entiende de lógica y guarda un factor sorpresa que es esencial. Tras terminar contrato con el segundo equipo del Granada se incorporó al filial del Málaga aprovechando su última temporada como sub-23 pero sin demasiadas pretensiones. El club blanquiazul no lo tuvo muy en cuenta y no subió al primer equipo hasta que Pepe Mel alertó de la falta de jugadores de banda y miró a la cantera. Ahí apareció Cristian de forma fulgurante, aprovechando la ocasión.
Debutó con unos minutos en Leganés, pero el partido que le catapultó fue ante el Lugo en La Rosaleda, donde fue titular y marcó un gol en la primera jugada del encuentro. Desde ese momento se quedó en la dinámica del primer equipo hasta convertirse en un fijo y conseguir la renovación automática de su contrato hasta 2026 por partidos. En total ha jugado 26 encuentros de Liga y uno de Copa sumando 1.978 minutos con 22 titularidades y dos goles. En resumen, una revalorización espectacular que ha puesto a Cristian en el escaparate. Ya sí tiene una importante agencia de representación para asesorarle y el interés confirmado de un Primera como Osasuna, que ha firmado una gran temporada llegando también a la final de Copa del Rey.
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La historia de Cristian es también peculiar porque hasta esta temporada nunca perteneció a la disciplina blanquiazul, tampoco en sus categorías inferiores. Hizo sus primeros progresos en el fútbol con el Peña Los Compadres, el club más cercano a su casa en Marbella, en concreto en el barrio Plaza de Toros, que curiosamente también es el origen de otro canterano malaguista en auge, Dani Lorenzo. Cristian también pasó por otros equipos de su ciudad como el Vázquez Cultural, el Pablo Picasso o el propio Marbella, con el que debutó en Segunda B con apenas 17 años. De ahí que sea muy reconocido en la localidad como una de las promesas de su fútbol. Al historial de equipos en edad de formación también hay sumarle la temporada que pasó en el Tiro Pichón, en Málaga capital.
Tras destacar en su primer año como juvenil fichó por la cantera del Granada. Luego no encontró sitio en el filial rojiblanco durante dos temporadas y estuvo cedido primero en el Huétor Vega, de Tercera División, y luego en el Atzeneta valenciano, donde fue entrenado por el exjugador del Valencia y la selección española, Albelda. Dos experiencias que le abrieron la puerta al proyecto del Recreativo Granada la campaña pasada. Pero tuvo un recorrido irregular. Llegó a ir convocado con el primer equipo de la mano de Robert Moreno para la primera ronda de la Copa del Rey, aunque no debutó. Quedó libre tras terminar contrato y acabó llegando al Atlético Malagueño gracias a la relación del técnico del segundo equipo blanquiazul, Juanfran Funes, con el técnico que hizo debutar a Cristian con el Marbella cuando era juvenil de primer año, Fernando Estévez. El resto ya se conoce.
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