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El Málaga lleva varias semanas sondeando el mercado con intensidad porque necesita con urgencia reforzarse una vez abierto el periodo de fichajes de invierno. Su ... situación deportiva es nefasta y lo que transmite el equipo es que necesita con apremio nuevos futbolistas que le sirvan como revulsivos. Y este momento extrema del club blanquiazul coincide con un mercado de fichajes inusual y más complejo de lo habitual con motivo de la celebración del Mundial, que ya detiene a las principales Ligas.
Aunque la Segunda División no para, las consecuencias de esta alteración en el calendario futbolístico tradicional también se hace notar para el Málaga y sus rivales directos en la búsqueda de incorporaciones para mejorar el potencial de sus plantillas. En clave blanquiazul, la dirección deportiva, a las órdenes de Manolo Gaspar, se ha encontrado con un mercado de fichajes más acelerado y con ciertas peculiaridades. En definitiva, nuevas aristas que complicarán aún más la misión de fichar en enero, una tarea ya de por sí complicada.
En los últimos años, donde el Málaga se ha movido con una peor situación económica que la presente, se distinguió por llevar una estrategia de fichajes basada en una gran previsión de sus probabilidades para poder anticiparse a otros equipos, pero esta vez los técnicos malaguistas se han encontrado con que sus rivales también se han adelantado de manera excepcional y los contactos entre clubes, agentes y jugadores se han intensificado ya a niveles de finales de diciembre para salvar las alteraciones provocadas por la Copa del Mundo, que va más allá de lo aparente.
El Málaga ha tocado la puerta de algunos clubes de Primera en busca de alguna oportunidad de cesión y la respuesta recibida en general es de duda. La situación es nueva para todos y la incertidumbre a la hora de tomar una decisión es mayor incluso ante el parón competitivo. En muchos de estos equipos de la máxima categoría sus primeras espadas tienen calidad como para acudir a la cita internacional, y ante esta situación siempre se sabe cómo parten o comienzan un Mundial, pero casi nunca cómo lo terminan.
El mercado fluctúa más que nunca y, por otro lado, también aumenta el riesgo de lesiones o sobreesfuerzos. Es por esto que los conjuntos que afrontan estos cismas se intenten guardar las espaldas y no dejar salir a sus reservas tan libremente. Este efecto dominó provoca que el caladero de jugadores a los que el conjunto blanquiazul aspira para elevar la calidad de su plantilla de forma puntual se reduzca un poco más si cabe.
Ante esto, los clubes como el Málaga intentan anticiparse y decidirse sobre operaciones con mucha antelación antes de que se generen más dudas. Una carrera por hacerse con las mejores opciones del mercado que hará que muchos de estos fichajes de invierno de esta temporada 22-23 se produzcan en la primera quincena del periodo de fichajes, que se abre en enero.
A los responsables de La Rosaleda se les acumula el trabajo en cuanto a los fichajes. Tendrán que hacer también un reseteo después de analizar los errores de la planificación veraniega a la vez que maximizar sus recursos (algo menos de 300.000 euros). Desde el club ya parten con la idea clara de que no van a encontrar a ningún salvador en el mercado, pero se esperanzan en conseguir varios perfiles concretos de los que el equipo carece.
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