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marina rivas
Viernes, 11 de octubre 2019, 00:20
Para entender el presente, tenemos que empezar por el pasado. Por eso, para contar su historia, debemos remontarnos a antes de su nacimiento. Edna Imade es fruto de la agonía y la desesperación de una valiente madre,que como miles y miles al año, cansada de la violencia y degeneración de un país sumido en la guerra y la miseria, se lanzó junto a lo que más amaba al mar, sin más opción que enfrentarse a la incertidumbre. Sin saber si llegaría o no a la otra orilla. Aquel día, en enero de 2001, pudo haber cometido el mayor error de su vida, pero el Dios al que se encomendó le concedió lo más parecido a un milagro.
Diecinueve años después de aquello, el bebé que llegó a Algeciras tras un agitado viaje en patera junto a su familia es futbolista del Málaga en la Segunda División española (Reto Iberdrola). Cuando todo sucedió, Edna y su hermano mellizo Paul sólo tenían tres meses, por lo que todo lo que son recuerdos se los ha esbozado su madre. «Me contó que quería salir de Nigeria, que es nuestro país de origen, que la situación allí estaba muy mal. Entonces atravesó el desierto del Sáhara estando embarazada de nosotros y llegó a Marruecos, donde esperó tres meses antes de subirse a la patera», narra. La joven se quedó anonadada con aquella historia, porque, a pesar de que su estilo de vida siempre ha sido muy humilde, en ella apenas quedan restos de Nigeria. Es sevillana y basta saludarla para comprobar su pronunciado acento andaluz.
Pero su madre y su mellizo no son su única familia. Sus dos hermanos mayores y su padre, al que nunca ha conocido, continúan en su país de procedencia. «Mi padre llegó a Algeciras con nosotros, pero, según llegó, lo metieron en la cárcel y lo deportaron. Imagino que a nosotros nos dejaron porque éramos bebés», comienza. A día de hoy, Edna nunca ha pisado Nigeria, sólo habla con sus hermanos por Facebook, aunque ellos sólo hablan inglés y asegura que les entiende «regular». «No he vuelto allí. Mi madre quiere ir a visitar a mi familia, pero a mí me da miedo por las guerras y todo lo que sale en las noticias». Su preocupación no deja de ser lógica. En este momento, los titulares internacionales que hablan sobre Nigeria reflejan actos violentos de los radicalistas islámicos, corrupción gubernamental y empresarial en torno al petróleo (mayormente), pobreza y la trata de niños y mujeres con fines sexuales, entre otros.
Aquella nunca fue su vida y es triste que tenga que seguir siendo la de alguien. Sobre lo que recuerda de su infancia, Edna relata que se les acogió un año en un centro de acogida de monjas y que luego se trasladaron a Sevilla, donde a su madre se le ofreció su primer trabajo. Cuando ella ya tenía 3-4 años, se fueron al municipio de Carmona, su casa. Ahora su madre tiene trabajos eventuales como limpiadora, aunque en su día a día sólo gana lo que le da la venta de pañuelos en un semáforo de la ciudad. Mientras, Edna y Paul(estudiante de un Grado Medio de Deportes) colaboran en la medida en que pueden. «Además nos ayudan a pagar algunos suministros, y la Cruz Roja nos da comida… Yo el año pasado, además del Grado Superior de Administración que hice, fui árbitra de niños pequeños y ayudaba como podía. Me hubiera gustado seguir, pero quiero construir una carrera como futbolista».
Un sueño que no es nuevo para ella. Comenzó jugando con su hermano en un equipo de niños, el Fútbol Base Carmona, desde los seis hasta los catorce años. Después probó un año de fútbol-sala con el Santana local y las dos últimas campañas compitió con el Nervión sevillano, de la segunda categoría andaluza femenina y donde marcó casi un centenar de goles en su estancia allí. La imagen que dio en este tiempo, además de sus notorias cualidades físicas (roza el 1,80 y es pura fibra), captó la atención de varios equipos y agentes deportivos. Comenzó a trabajar con la agencia SQH y a través de esta se le presentó la oportunidad de dar el salto al Málaga. «Todavía no he podido marcar en Liga (sí lo hizo en pretemporada). El salto ha sido muy grande y al principio me costó mucho. Nunca antes me había entrenado así a diario ni sabía lo que era estudiar tácticas ni al rival a través de vídeos. Esto es nuevo para mí», comenta sobre su adaptación al equipo.
Esta semana viajará con el Málaga a Cáceres, en la que será la quinta jornada de Liga y la que podría ser la primera victoria de la nueva campaña. «Creo que lo que nos pasa es que nos agobiamos, que tenemos la presión de que tenemos que ascender y nos ponemos nerviosas cuando nos meten un gol. Sólo necesitamos tiempo», comenta sobre el estado del equipo, que suma tres puntos merced a tres empates pero aún no ha aprendido a golear. Este Málaga es el primer gran reto de Edna como futbolista y quién sabe si el comienzo de una brillante trayectoria. Sea lo que lo depare el futuro, basta echar un vistazo a lo vivido para darse cuenta de que su familia y ella ya han ganado. Plantarle cara al miedo tiene su recompensa.
Cantante o grupo musical favorito. MHD, que canta 'afro trap', y Vegedream. Ambos cantan en francés.
Una serie o película. De serie, 'La que se avecina', y de película, 'Ahora me ves 2'.
Si fuera un superhéroe/superheroína, sería... Black Panter o Catwoman.
Algún amuleto o manía antes de competir. Amuleto ninguno, sólo rezo y le pido a Dios cuando piso el campo. Soy creyente, mi religión es la cristiana evangélica.
Un segundo deporte. El atletismo.
Un referente deportivo. Ronaldinho es una leyenda.
Algo que le gustaría aprender. Bailar breakdance.
Si no fuera futbolista, sería... Creo que bailarina.
Dentro de 10 años se ve... Jugando al fútbol todavía y habiendo cursado TAFAD también.
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