Esta vez nos falló el último segundo

Cuando Luengo cometió el penalti tonto de la jornada y Antoñito cogió el balón, este Palco 17 tenía su título preparado: 'La valentía de los 17 años'. Porque hay que ser valiente con semejante edad, un niño, para decidir ejecutar una máxima pena decisiva para ... la victoria en el último segundo. El jerezano lo hizo. Y hay que alabarlo y darle nuestro ánimo. Aarón, un muy buen portero que se hizo en el Málaga, detuvo más que erró el jovencísimo delantero, pero la frustración fue enorme. Esta vez el último minuto, que desde Tarragona era como un aliado, nos falló. Y Antoñito esta vez no fue el héroe. Otro empate. No se pierde, pero no se gana, y punto a punto no se suma para quedarnos en esta categoría que tanto nos costó recuperar. Necesitamos refuerzos, lo siento. Tenemos un equipo aseado, pero no un buen equipo, aunque el entrenador intenta enmendar las lagunas de su plantilla, que no es culpa de los jugadores, sino de quien la ha confeccionado. El Málaga en casa sufre, y no nos vale con los arreones finales, por mucho que eso diga de la condición física del equipo, porque el Oviedo fue muchos minutos superior, y sólo la seguridad de Alfonso Herrero nos mantuvo a cero. Es verdad que al final pudimos ganar, y hubiera sido precioso, nos habría puesto la moral por las nubes, pero los dioses de la pelota volvieron a recordar Dortmund, y nos chafaron la alegría. Lástima, porque 26.000 personas hubieran salido saltando de alegría por Martiricos, y sin embargo lo hicieron cabizbajos...