La extraña sanción de Paulino

Más sorprendente si cabe es que Paulino llegue a su primer ciclo de amonestaciones tan pronto, siendo un extremo de corte aseado, no un central o 'pivote' de carácter duro, y habiendo sido castigado en cuatro de las cinco ocasiones por acciones que no supusieron falta. En efecto; la primera tarjeta la vio en Ibiza estando en el banquillo por entrar al campo a celebrar el 2-2. Faltaba poco para el final y la euforia le jugó una mala pasada. Un error que debió haber evitado.

Pero es que tampoco fueron imprescindibles otras tres amonestaciones. En Gijón, por discutir con un contrario; en Fuenlabrada, por protestas al árbitro, algo que cualquier profesional sabe que no conduce a nada, y menos por reclamar acciones influyentes (goles, expulsiones, penaltis), en la era del VAR, y una última en Valladolid el viernes, por «no respetar la distancia en la ejecución de un tiro libre», que va a ser la que le impida estar este sábado ante el Zaragoza en La Rosaleda, en un compromiso importante. Sólo una vez la amarilla fue por una falta, un derribo en Ponferrada en una acción de ataque local; es decir, en el único caso en el que los entrenadores consideran inteligente condenarse con una tarjeta a la media hora de juego. El choque marchaba 1-0 aún, sin que se hubiera consumado la goleada final (4-0).

Paulino lidera la clasificación individual de jugadores más tarjeteados, y el Málaga es también en lo colectivo el equipo con más expulsados en lo que va de Liga. Han sido tres: Escassi, en Gijón, en el minuto 7 del partido, lo que fue muy perjudicial, y ante el Alcorcón por doble amarilla pero en el 90, y Haitam, en Ponferrada, en una acción que revisó el VAR y ya con el resultado decidido. Sin ser un equipo que destaque por su dureza, el Málaga está en la cabeza en el plano negativo en el apartado disciplinario. Un hecho para reflexionar.