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Mikel Villanueva y el Málaga separaron sus caminos en julio, tras el último partido de Liga, tras cinco años de vinculación. Es el primero de los tres jugadores que quedaron libres el mes pasado con el club blanquiazul en cerrar su futuro (aunque Luis ... Muñoz está a falta de dar oficialidad a su nuevo contrato con el Málaga). El defensa venezolano, que llegó al filial malaguista en 2015, logró ascender al primer equipo en 2016 (debutó en Mendizorroza contra el Alavés en Primera).
Pero dejó de contar la temporada siguiente, y así fue en todas (jugó cedido en el Cádiz, Reus -que desapareció por problemas económicos- y Nástic de Tarragona) hasta la 19-20, cuando en el segundo año del Málaga en Segunda se quedó y adquirió un rol de comodín para la defensa, lo que terminó por enfríar las relaciones (se fue tras jugar 34 partidos como malaguista en dos temporadas, en los que pudo hacer un gol).
Fue hasta el punto de que mucho antes de que se acabase la Liga ya tenía claro que no iba a continuar tras cumplirse su contrato. De hecho, en un principio se pensó mucho lo de ampliar su vinculación hasta el final de Liga por el retraso del calendario con la crisis del coronavirus por el evidente riesgo de que una lesión frustrase un acuerdo con otro equipo en el futuro.
Acababa el 30 de junio y lo amplió finalmente hasta el último partido, aunque no jugó ningún minuto en julio. Más de un mes después de despedirse de La Rosaleda, el internacional con Venezuela se embarca en un proyecto singular. Ha firmado para las próximas dos temporadas por el C.D. Santa Clara, el único equipo de las Azores en la Primera División portuguesa.
Toda una aventura para Mikel Villanueva, que llega a un club que está reescribiendo su historia: la pasada temporada logró la mejor clasificación histórica y el máximo número de puntos en la Liga al quedar décimo con 42 puntos en su segunda temporada seguida en Primera desde que ascendió en 2018. Todo esto desde el modesto Estádio de São Miguel de la ciudad de Ponta Delgada, en mitad del Atlántico y a más de dos horas en avión de la capital portuguesa.
Un destino prohibido para los que no soporten viajar en avión, ya que el paso por el aeropuerto es constante durante todo el año. Tienen que cogerlo para todos los partidos fuera de casa. La excepción fue los últimos meses, en los que mudaron su casa a Lisboa para poder acabar la Liga en mitad de la pandemia del coronavirus. Así es el cambio de rumbo que Mikel le ha dado a su carrera con 27 años.
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