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El mercado de fichajes sigue moviéndose lentamente, a cuentagotas. Pero poco a poco se van conociendo novedades relacionadas de forma indirecta o directa con el Málaga. La última es la desvinculación de Juan Soriano con el Sevilla. El que fuera portero del club blanquiazul ... la temporada pasada en calidad de cedido rescinde su contrato con la entidad hispalense y queda libre para firmar por cualquier otro club. A priori, por su rendimiento como malaguista (jugó 18 partidos y recibió 17 goles), se postula como una oportunidad de mercado para regresar al equipo de Martiricos, pero realmente es una opción complicada.
El guardameta sevillano, de 23 años, ostenta una elevada ficha -salario a pagar- de mercado (que el curso pasada asumió en gran parte el Sevilla), la cual tendría que reducir considerablemente para recalar de nuevo en La Rosaleda. En un principio, la idea de Soriano es poder volver a una portería de Primera, como ya hizo en la campaña 19-20 en las filas del Leganés, donde también estuvo cedido. Su juventud y su trayectoria no muy lejana en las categorías inferiores de la selección española son su carta de presentación en busca de una oportunidad más ambiciosa, de otra categoría. Al quedar libre tiene ahora el mando para decidir sobre su futuro.
Mientras tanto, la portería del Málaga para la temporada 21-22 es todavía una incógnita. Por el momento lo único confirmado es que Dani Barrio es el único meta de la plantilla con contrato en vigor (hasta junio de 2022), al que se suman los canteranos Kellyan (este vuelve tras estar cedido en el Ibiza y deja de ser sub-23) y Gonzalo. Aunque esto no quedará así porque la idea es reforzarse con una incorporación más de nivel más contrastado en Segunda. A partir de ahí las alternativas son variadas: una es que el Málaga podría acudir al mercado de porteros que quedan libres para firmarlos en propiedad (algo que ahora mismo tendrá que esperar porque la exigencias de los jugadores cotizan en lo más alto en el inicio del mercado).
La otra opción es repetir la fórmula de la cesión, como hicieron en el caso de Juan Soriano el curso anterior. De esta manera el perfil a reclutar sería el de un portero más joven, pero quizás con mayor proyección. A modo de ventaja estaría que el club de origen asume gran parte de la ficha del jugador y es más asequible para un Málaga que aunque crecerá en presupuesto seguirá siendo uno de los más bajos de Segunda. La desventaja principal es que no es patrimonio de la entidad, un aspecto que están intentando reforzar en el club blanquiazul (en este punto cabe recordar que Dani Barrio está en su último año de contrato). También, sin entrar a dudar en el compromiso y profesionalidad de ningún futbolista, no es lo mismo jugar en un equipo como cedido que perteneciendo a ese mismo club, donde los acontecimiento futuros le afectarán directamente.
Lo único que está claro sobre la demarcación de portero en el Málaga es que no habrá rotaciones como sí se dieron bajo el mando de Pellicer. El nuevo entrenador blanquiazul, José Alberto López, confirmó en su presentación que no es partidario de esta forma de gestionar la posición de guardameta. «No voy a valorar lo que ha hecho un compañero, porque por algo lo habrá hecho en su momento. Pero a mi no me gustan las rotaciones en la portería. A partir de ahí los rendimientos dirán si debe jugar uno u otro. Pero si hay muchos cambios es mala señal», argumentó de forma contundente.
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